Doctora Soledad: “más allá de la profesión”
Existen personas a nuestro alrededor que, por motivos varios y la trepidante velocidad que ha tomado la vida en los últimos años, poco o nada reparamos en ellos hasta que o bien no están o ya no pueden atendernos como de costumbre.
Es entonces cuando nos damos cuenta de lo poco que les hemos agradecido sus desvelos o sus atenciones incluso cuando, a deshora y sin corresponderle, acudía rauda y veloz a nuestra llamada. La Doctora Soledad es de esas personas. Una Médico de pueblo que ha ido más allá siempre de lo que su deber le exige.
¿Quién discute que la galeno agulense no ha dedicado su vida a procurar el bienestar de sus convecinos desde que fuese designada como tal en su municipio, yendo siempre más allá de su obligación? Creo que nadie que la conozca lo dudaría.
Nacida en Agulo hace ya bastantes años, su infancia y adolescencia transcurren no como para muchas jóvenes de la localidad. Soledad desde muy niña, tuvo claro que su futuro sería el de paliar las dolencias de los demás, quizá motivado porque desde casi siempre, los médicos estuvieron muy presentes en su cotidianidad. Así, con esa firme convicción, con enormes dosis de constancia y superación logra su objetivo y se convierte en lo que ha sido y es hoy en día.
Perteneciente a la Promoción de Medicina 1980-1986, la recién por aquel entonces Facultativa, comienza a realizar en su municipio breves pero intensas sustituciones lo que le permitió comenzar a construir esa relación tan estrecha y cercana con los que más tarde serían sus definitivos pacientes. Antes de ejercer definitivamente en Agulo, gran parte de su trayectoria profesional la desarrolla en Vallehermoso, hasta que, en el 2004 afronta la enfermedad de su padre y el nacimiento de su hija con el coraje que la caracteriza, trasladándose definitivamente a su pueblo.
Como anécdota, contrariamente a lo que su nombre significa, vive siempre rodeada de gente que cada cumpleaños le recuerdan cantando a viva voz aquello de "Soledad , criatura primorosa, que no sabe que es hermosa....."
Pertrechada de su característico maletín, se la puede ver recorrer las empedradas calles de Agulo y sus barrios sin importar la hora o lo intempestivo de los tiempos, ya sea verano o invierno, día, noche o madrugada. Y, como es público y notorio, nadie obtiene de su boca un “no puedo”.
Decía el homólogo de Soledad, el Doctor José de Letamendi que “el que sólo sabe medicina, ni medicina sabe”. Y de esta esencia la Médico de Agulo parece haber hecho su frase de batalla, dado que no sólo prescribe el medicamento para remediar la dolencia sino que, además, atiende con su escucha y consejos otros padecimientos, como los del alma, que hasta el momento no tiene establecido ningún compuesto o formula magistral hecha en botica que pueda calmar sus molestias.
Una vida dedicada a los demás, que considero debía ser reconocida no sólo con este humilde gesto de Opinión sino que, alguna Administración de La Gomera tome la iniciativa que, proclives siempre a rendir homenajes a quienes como Soledad destacan por su aporte a la sociedad insular. Siempre, siempre, los reconocimientos y homenajes, los mejores en vida.
Nota del Autor: En esta Opinión quiero agradecer la colaboración de María José Belda y de Óscar Mendoza