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viernes, 15 de noviembre de 2024 00:00h.

Menos “letra menuda”

JOSE ANDRES MEDINA OPINION
“La vida es una ininterrumpida e intermitente sucesión de problemas que sólo se agotan con la muerte.” Ingmar Bergman dixit.

Que duda cabe que, esta frase pronunciada por el guionista y director de teatro y cine sueco Ingmar Bergman hoy más que nunca nos hace recordar que, nuestro tiempo de permanencia en esta vida, nunca está exenta de contrariedades o atolladeros y que a diario debemos sortear.

La humanidad entera nos enfrentamos desde hace ya algo más de un año, a un “problema” de niveles apocalípticos y, aún así, la inmensa mayoría de nosotros, lejos de dejarnos llevar por los discursos negacionistas o conspiranoides, nos esforzamos con nuestros actos en que esta “travesía del desierto” sea lo más segura posible y que la recuperación de aquella vida que dejamos aparcada, vuelva a ponerse en marcha lo antes posible.

No es “agradable” vivir con más normas de las que,  ya de por sí en nuestra cotidianidad vecinal y laboral sobrellevamos, esas que muchas de las veces hacen difícil lo sencillo e imposible lo complicado, pero que duda cabe que, tratándose de la salud y el bienestar de todos, “no ha lugar” los incumplimientos o el ignorar intencionadamente las mismas.

Cierto es que nuestro mundo más inmediato, se ha convertido en una suerte de “enredos”  y complicaciones para la realización de cuestiones tan nimias como la de “reparar un camino o pintar una puerta”. Solicitud, Proyecto, Presupuesto, Permiso, son palabras que nos indican que para ponerse “en faena”, nos queda que recorrer un “via Crucis” burocrático que, sinceramente, nos quitan las ganas antes de tan siquiera comenzar a andar  “la primera Estación”.

Pero no sólo los “obstáculos”  se dan si deseamos realizar “obras”, los “inconvenientes” alcanzan ya cualquier estamento de nuestra rutina, tanto que, hasta una llamada telefónica a cualesquier Administración, por citar algún ejemplo, se haya convertido en un constante tecleo de números de extensiones que, una máquina que atiende tu llamada, te repite cual loro y debes memorizar para no equivocarte. Eso, si con suerte logras que tras el auricular y después de mucho esperar te atienda una persona. 

Bien es cierto que, a raíz de esta Pandemia, en la que se hace necesario el cumplimiento exquisito de las recomendaciones y Normas sanitarias para salir cuanto antes de esta crisis, creo que también ha quedado claro que aparte de conseguir recuperar la salud de todos, es obligatorio realizar un gran esfuerzo para la recuperación económica y que, “tanta letra menuda” con la que hemos inundado y coartado nuestra capacidad de ejecutar las cosas casi de inmediato, podamos comenzar a “hacerlas mas grandes” y menos enrevesadas. Más claras y simples para que, de verdad, podamos avanzar en todos los niveles. Creo que, ha llegado ese momento en el que, entre otras cosas, “legislar” para “des-legislar” o hacer más sencillas las cosas, deje de ser un proyecto y se convierta en una realidad. 

No en vano, ya lo decía Henry Ford, la mayoría de nosotros gastamos más tiempo y energías en hablar de los problemas que en resolverlos.