Cada 19 de marzo
Padre es el que, con amor, sabe impartir disciplina y orden.
Esta tan repetitiva fecha anual, para muchos, pura, alta y netamente comercial, habitualmente es celebrada con todos los honores por las afectuosas camadas que se desbordan de múltiples maneras, intentando homenajear a sus queridos progenitores.
Festividad de un santo muy global cuyo nombre, a gran nivel, prolifera entre todos los habitantes de cualquier ancestro pueblo o cercano vericueto del ancho mundo Las “Pepas”, “Pepitas”,“Josefinas”, “José,” y “Pepes”, en ese día, estarán de boyante onomástica, aspirando ya por completo el acelerando paso de la adonis Primavera. Por haber sido San José el padre putativo de Jesús, alguna perspicaz juiciosa cabeza, se le ocurrió asignárselo también a todos los creativos varones-machos de la tierra que, consigo, acarreen el vigoroso cortejo familiar de sus respectivas parentelas.
Vayan, pues, nuestras más sinceras albricias para cuantas y cuantos ostenten tan notorio nombre, de una manera muy específica, para el incansable Director de este extendido DIGITAL, José Andrés Medina,cuyo dechado de diligencia informativa, es un abnegado modelo de entregada profesionalidad, sin cuestión de intrincados límites, ni de reducidas fronteras.
A lo largo de mi existencia, he tenido la oportunidad de poder conocer, de tratar íntimamente a copiosos y muy estimados “PEPES”. El más ínclito y principal, por encima de todos los demás, fue el caballeresco primer Director, que tuviera, allá, por los años 40, en el Colegio, “Sagrado Corazón de Jesús”, de Las Palmas de Gran Canaria, perteneciente a la Benemérita Fundación del magnánimo filántropo, D.ALEJANDRO HIDALGO ROMERO, nacido e Hijo Muy Predilecto de Agüimes, quien alcanzara una inmensa fortuna, en el comercio de la caña entre Canarias y Cuba, y el cual, siendo un fiel apasionado de la Educación, creó las “Escuelas Profesionales Salesianas”, en esta de las cuales, durante mis cinco años de internado, tuve como convincente Padre General, a D. JOSÉ MARÍA DOBLADO DEL PINO, un ejemplar sacerdote salesiano, de rolliza y corpulenta altura, casi, casi, alcanzando los dos metros y con con un inmenso corazón , proporcionado a su exagerada medida, a lo Don Bosco, atestado de infinita dulzura, alta comprensión y desprendida emotiva ternura.
El día que nos dejara, por tener que acatar con sus religiosos votos y haber sido destinado a otro Centro peninsular, en un electrizante acto teatral de despedida, me asignaron a mí las palabras correspondientes al alumnado y, todavía, tan sólo al recordarlo, se me pone un apretado intríngulis en el gaznate y, los sentimientos, a gran ritmo, palpitan, rememorando estas inspiradas frases que, entre fuertes despistes mentales y, fuera totalmente del trazado guión, en aquel acerbo trance, se me ocurriera pronunciar: -.- “Por aquí, durante años y años, han desfilado profusos, espléndidos, magníficos Directores, sobresalientes y renombrados pedagogos. Todos ellos, han sido excepcionales, pero... como, padre, PADRE de verdad,
sólo le hemos tenido en usted” Y, desde lo alto del encendido proscenio, entre centenares de vigilantes cabezas a la expectativa, pude percibir cómo la emoción, afloraba a su rostro; sus ojos estaban húmedos y su garganta, anudada. A mis oídos, todavía, afluyen las musicales notas de sus interpretaciones navideñas, con aquella su peculiar voz de barítono, interpretando a los acordes del órgano, un “Jesusín”, de tal forma y manera, que nos transportaba hasta los mismos umbrales del portal de Belén.
A mi aturdido entender, no fue su capacidad intelectual el medio conque se ganaba a las personas, hasta alcanzar su amistad. Fue un hombre más práctico que anímico. Su arma suprema de conquista era la dulzura, una flexibilidad sin repliegues, sin falsas apariencias, puesta al alcance de todos, ofrecida con la avenencia seria .y verdadera y, en la simpática broma familiar, repleta de concordia, de esa inmensa dimensión salesiana y andaluza.
¡Son unos imborrables, vetustos fervientes y considerables grandes buenos recuerdos que, en la memoria, a fuego, se me han quedado grabados para siempre, en lo más cercano del alma! He querido dejar aquí visible, esta modesta evidencia de filial reconocimiento, encarnando personalizar en la egregia figura, de Don José Ma Doblado del Pino, a todos los Progenitores del planeta que, cada 19 de Marzo, son enaltecidos, para que reconozcamos en los muchos buenos de ellos, lo que significa bienhechor sacrificio exclusiva abnegación y emotiva ternura.
Por los padres hoy todos brindemos, rebosantes de enorme alegría y, si por muertos, no les tenemos, en los dulces brazos les queremos, de Jesús, de José y de María.