Con las celestiales criaturas
Aunque, diez euros perdiera, esquivaba así los males...
Con los niños proseguimos,
según dicta la conciencia
y, todo lo que aquí decimos,
es porque bendecimos,
a la insigne inteligencia.
Presentamos “elemento”,
en su concha de acetato.
¡lo que les digo, es bien cierto
y, en mi digital, les cuento,
este patente relato:
Un impaciente señor,
en la acera se encontraba.
hacía mucho calor
y, la prenda de su amor,
del tercero, no bajaba.
Dando fuertes pelotazos,
un zagal, allí, jugaba.
¡se merecía un tortazo
porque, durante un buen rato,
reciamente, molestaba!
.-¿Cómo quitarle de allí
y, de una vez para siempre?
tuvo una idea feliz,
intentándole pedir,
una cosa inexistente.
Aunque, diez euros perdiera,
esquivaba así los males.
¡lo importante, es que se fuera
y, jamás apareciera
por aquellos andurriales!
Cansado de tanto aguantar,
el caballero, le aploma:
-.- ¡pollito, te vas a salvar!
¿tú me quieres ir a comprar,
un litro leche de paloma?
El nene toma el dinero
y, corre aprisa, saltando.
¡un acierto verdadero,
liberando al buen mancebo
que, alegre, queda silbando!
-.- ¡Y esa chiquita...que no baja!
¿estará con “pasa-palabras”?
entretenida con la baraja?
¿zambulliéndose en la tinaja
o, en rituales de “abra-cadabra”?
¡Cómo sería su espanto,
cuando, en tan breve momento,
se le aparece el muchacho,
con envoltorio de mano
que, le entregaba contento!
.- ¿Será posible, dios mío?
¿qué contiene este paquete?
¡lo desenvuelvo, deslío,
y... ¡para nada me fío,
de este travieso golfete!
Venga papel para afuera
y, nada, nada, se asoma.
Ya le picaba una muela
cuando, al fin de la secuela,
¡aparece una paloma!
-.-¡Pero, mocito, ¿qué es esto?
¿qué es lo que tú pretendes?
-.- ¡Perdone que le moleste
pero, le traigo el” objeto,
para que usted me lo ordeñe!”
Vaya niñitos, señores,
de admiración y respeto.
¡cuando lleguen a mayores,
podrán hacernos favores,
levantándonos el veto!