El amable Doctor Garnier, 
cumple un año más de vida y, 
parece que fue ayer, 
que nació para el deber, 
sin descanso ni medida. 

Es diligente artesano, 
inundado de aptitudes. 
¡Con tan prodigiosa mano, 
parecería profano, no elogiar de sus virtudes!

Es humilde y campechano, 
de una estirpe descendiente.
 ¡Te alecciona como hermano,
 con fogoso celo humano, y sentido complaciente! 

Tiene el trato individual, 
del perfecto caballero y, 
una galanura especial, que le hace destacar, 
para quitarse el sombrero. 

A su vera, se respira, 
el ambiente familiar y,
todo el mundo le admira,
 teniéndole en suma estima, por ser tan particular.

Descendiente de franceses, 
lleva en el alma a La Palma y 
en Tenerife aparece, porque esta tierra merece, 
todo lo que indique fama. 

Persona seria y formal, 
enemigo es de las prisas y, 
con un chiste, no más, 
suele mucho disfrutar, organizando sonrisas. 

La Ciencia firma con oro, 
su elevado arte dental. ¡Esta figura, es decoro, 
y preferido tesoro, 
del Ente Profesional!

Ha sido un pobre retrato, 
entre versos a porfía, 
al merecer mejor trato,
le brindamos un contrato,
por muchos años de vida.