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martes, 17 de diciembre de 2024 00:00h.

Sobre el ineludible Auxilio en Carretera

¡Cuánto, pero cuántos y cuántos sobrados sabios conocimientos, tenían nuestros respetados mayores!

Aseguraban que, si en nosotros, no ordenaba la justa razón, mandarían nuestros torpes sentidos. Y eso, resultaba bastante serio y sumamente grave.

Ellos, nos decían que, lo que interesa en este mundo, no es que seamos importantes, sino que sepamos ser bastante útiles y prácticamente serviciales.

El que no tiene carácter no es un hombre. Es, escuetamente, una nociva cosa.

Todos los individuos tienen un lado bueno. ¡Hay que saber encontrárselo!

El conjuntado cortejo fúnebre de muchos recordados parientes y  queridos amigos, por infortunada desdicha, nos ha precedido y, en el rutilar del ya recorrido camino, han sabido irnos dejando la abundante siembra de sus más  honorables virtudes.

Fieles amantes a las divulgadas costumbres del pueblo, conocidos dichos y preconcebidos refranes frecuentemente divulgados, muy raras veces, por no decir que bien pocas, jamás,  solían equivocarse plenamente en el recto sentido de sus muy atinados veredictos.

Aquello de que...< el hombre propone y Dios dispone>, es una latente verdad, más real que los rancios veinticinco céntimos de las antiguas y caducadas veteranas rancias pesetas.

Con el feliz propósito de lograr pasarme unos prolongados días en la serena capital de nuestro acogedor Meridiano, viene a resultar que, definitivamente, contra lo que buenamente nos habíamos propuesto...el Destino ha estimado cortar por lo sano, para de nuevo asignarnos antes de lo conjeturado, la asignada tarea de seguir dándoles aquí, en “GOMERA Actualidad” la matraca, con el cargante fastidio de mis endosadas crónicas y ripiosos versos de costumbre.

 

Por fortuna, tuve la complaciente franquicia de ser fiel testigo, en los comprometidos hechos de un lamentable contingente automovilístico, gracias al reino celestial, sin lamentables consecuencias personales y en el que más me llamara intensamente la atención, fuera precisamente la inmediata asistencia en carretera del atento conocido compañero, Ildefonso Santana Armas, un complaciente “canarión”, quien, junto a su muy magnánima esposa, ha sabido adaptarse a nuestros típico usos y costumbres, conviviendo entre todos, como un legítimo conciudadano más.

Persona, mucho más que afable, lúcidamente comunicativa, y crecidamente laboriosa, presta sus actuales servicios profesionales en la Cooperativa Insular de Taxistas de Valverde de El Hierro, siendo firmemente elogiado por su habitual eficacia, positiva entrega y fraternal cordialidad.

¡Cuán horroroso resulta el poder comprobar, cómo en muchísimos de estos similares asuntos, ante un abrupto hecho, a modo del que les he narrado, incluso existiendo heridos, ante la posibilidad de perder tiempo como testigos, ante las comprometidas Autoridades, cobardemente, se dan  a la fuga, eludiendo por completo todas las obligatorias RESPOSABILIDADES CORRESPONDIENTES, MARCADAS POR LAS socorristas normas generales DEl TRÁFICO!

En esta tan preclara causa, ¡de qué manera quiso sacrificar buena parte de su bien merecido descanso dominical, para utilizarlo en bien de unas acongojadas almas inexpertas, que tuvieron la desdicha de quedarse sin vehículo, a la negra luz de la sombría intemperie y merced a que, gracias a sus impagada asistencia facilitada, pudieron comprobar a pies juntillas, la forma y manera de saber cumplir a rajatabla con una condesciende ley de imperativa utilidad!

 

                              Los servicios por carretera,

                              son decentes de exponer

                              que, de buenas a primera,

                              puedes perder una rueda

                              y, no la sepas poner!

 

                              Ante un choque inevitable,

                              sólo tememos perder

                              y, resulta formidable,

                              sumamente confortable,

                              que te puedan socorrer.

 

                              ¡Florezcamos mensajeros,

                              ante asuntos importantes

                              ya que, siendo nazarenos,

                              plasmaremos como buenos,

                              con todos los semejantes!