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martes, 17 de diciembre de 2024 00:00h.

El pan nuestro político de cada día

Muchas han  sido  ya  las veces que  nos hemos atrevido a remover aquello de que, “ el mundo es un pañuelo; una aventurada ruleta y, en cualquiera de sus cuatro puntas o atolondradas vueltas tropezamos con alguna apreciada persona que hacía bastante tiempo, no veíamos”

En estos caducados días, algo fríos y lluviosos en la Capital de la Provincia, de buenas a primeras me tropiezo con un viejo camarada, acreditado  amigo, compinche y ejemplar compañero con el que efectuara mi obligado servicio militar en el África Occidental Española, concretamente en Sidi Ifni; hablando con él, sobre las muchas cosas y alocadas aventuras vividas en aquel ya perdido macizo comarcal, me deja impresionado, fuertemente sorprendido, ante sus curiosas reflexiones expuestas.

Me dice: “Muchos, por mi forma de expresarme, escribir o  de creer, me consideran “franquista”, fanático seguidor del ya desaparecido Caudillo  y,  a la  verdad  que, ante  el  triste panorama que actualmente estamos viviendo en nuestra saqueada patria, sin ninguna clase de temores y, con toda la democracia señalada por los Estatutos, a pleno pulmón, asevero que sí, que lo soy.

Porque, en  aquellos ya remotos tiempos, la formal seriedad, probada honradez y alta dignidad, imperaban por doquier. Había  otra  distinta forma de civilmente poder echar raíces, de  intentar  subsistir y, aunque se pasaron bastantes calamidades, injustas persecuciones, abusivos encarcelamientos, hambre y muy graves desmanes, jamás llegaron a mis oídos que las seleccionadas Autoridades avasalladoras, a manos llenas, metiesen  el codo hasta el fondo de las mermadas arcas eriales, lloriqueando el competente oro, inicuamente, trasladado a México.

Hoy en día a cada  momento,  tristemente, nos venimos a enterar, de que, fulanito o menganito, de lo que no es nada suyo, arramblan, roban y trasladan enormes fortunas de millones de euros, a países extranjeros, mermando sin compasión un agobiante Bagaje Patrio, en muy bajas y nefastas horas!

¡Y, lo más risible y curioso de todo, es que nunca devuelven ni un sol céntimo de lo mangado!

Con expulsarlo de su Partido, meterlos en chirona o afear su indecoroso comportamiento, parece bastante y suficiente. Las tiranas dictaduras, amigo  Rafael, para algunos nunca suelen ser buenas y para otros muchos, casi milagrosas.

He vivido la ya mencionada y otra  en Venezuela, cuando el General Pérez Jiménez, permitiera aquella masiva emigración a su bendito país, del cual, fraternalmente, recibimos  extensas fuentes de trabajo, soñada prosperidad  y favorecedor constante provecho.

¿Estás de acuerdo conmigo?

¿Qué es lo que tú opinas? ”

-¡Hombre, en muy poco te podría contradecir! Todo lo que me has comentado, tiene su adecuada base y  verídico fundamento. ¡Como pienso trasladar todas estas tus ideas, a mi favorito Digital, vamos a esperar las reacciones de sus eruditos lectores, a ver que es lo que ellos quieran libremente manifestar!

Lo que sí te digo, después de la enorme alegría que tu presencia me ha proporcionado, después de los tantos años sin habernos visto, es que...¡Perdónalos Padre porque, sabiendo lo que hacían, cayeron en la tentación y nos han dejado deudores!