Amor a la perfección moral

No podemos negar que desde los griegos y antes existen al menos dos docenas de grandes éticas o grandes morales, planteados a nivel teórico y a nivel práctico, teoría y praxis.

 ¿Nadie negará que el ser humano tenga que perfeccionarse en sus aspectos biopsíquicos, es decir del cuerpo y psique-mente, de su situación social o económica, de su cultura o conocimientos, en los terrenos de su oficio y profesión, etc., pero somos conscientes que quizás también tengamos que buscar el perfeccionamiento de nuestros niveles o áreas morales…? ¿O dicho de otra manera, la realidad ética o moral de un ser humano, primero existe dicha área, y si existe debe perfeccionarse? ¿Cabe plantearse una moral o ética más correcta que otras, y por tanto, perfeccionarse a nivel ético y moral?
                       

 En otros siglos o generaciones anteriores esto no se planteaba porque era obvio, el ser humano tenía que perfeccionarse moral y éticamente, porque ante distintas situaciones o realidades o decisiones cabían distintas opciones, pero cada opción diferente no era mejor solo desde el punto de vista de la salud física o psíquica o económica o política, sino que era más acordes unas que otras a nivel ético o, y moral. Por supuesto también más adecuadas a nivel espiritual o metafísico o religioso, pero este tema lo dejaremos para otra ocasión.
                       

Pero hoy, me temo que basándonos en la libertad, en la libertad de decisión, interna o, y externa, libertad de voluntad y otros parámetros o conceptos se cree o se ha caído en pensar, que ante cualquier situación, cualquier opción, a nivel moral o ético es válida, depende del sujeto y solo del sujeto, depende de las circunstancias, de los intereses-metas-fines de cada individuo o sector o realidad en sí… ¿Podríamos pensar que de alguna manera hemos caído en una especie de anomia moral o de anarquía moral o semianarquía moral o ética…
                       

No podemos negar que desde los griegos y antes existen al menos dos docenas de grandes éticas o grandes morales, planteados a nivel teórico y a nivel práctico, teoría y praxis.
                       

No podemos negar que toda persona, sea consciente o no, sea culto o inculto, sepa leer o no sepa leer, está inserto en cada momento de su historia en una o en varias de esas éticas o morales… o dicho con otras palabra más técnicas es neoepicureo o neoestoico o neohedonista o neomaterialista o neovitalista o neokantiano o neotomista o neoaristotélico, etc., sea consciente de ello o no lo sea, O quizás, es en algunas cuestiones de una de las tendencias éticas y en otros temas de otra…
                       

El problema deviene que cada ética-moral, tanto del pasado como de las actuales, o todas las combinaciones de éticas actuales, tomando datos de las del pasado y haciendo combinaciones con los saberes actuales… todas y cada una de ellas arrastran y llevan al ser humano hacia una dirección y no hacia otra…
                       

O dicho de otra manera, tienes que escoger o seleccionar, consciente o no, estar en una ética o moral, y después esa moral o ética, la apliques total o parcialmente te lleva hacia unas metas o hacia otras, hacia una dirección o hacia otras.

Es como ir a la estación de tren, según la vía que te sitúes, la hora en que te subas a un tren, uno te llevará hacia una dirección o hacia otra… y puedes que te quedes en el medio del trayecto o llegues a término, pero estás situado en esa trayectoria. Puede incluso que puedas cambiar de tren o de velocidad o de marcha o de dirección una o dos o tres veces en la vida…
                       

¿Por tanto, admitimos que existe o puede existir una moralidad, o dicho sencillamente, unas maneras de entender y comprender y actuar del ser humano, admitimos que existen éticas, que dicho de forma sencilla y simple, serían los grandes concepciones y fundamentos y principios y consecuencias de esas morales o modos de actuar, admitimos que existe un grado de perfección ético o moral, igual que existe un perfeccionamiento estético o en la belleza, o un perfeccionamiento cultural o en otros campos, y por último admitimos que existe o puede existir un amor-querer-deseo de perfeccionarse moral y éticamente, igual que existe un amor-deseo-querer de perfeccionarse culturalmente o en perfeccionarse en la belleza del cuerpo o en la riqueza económica…?
                       

¿Porque no sé si somos conscientes de lo que estamos tratando aquí, y de la importancia esencial para el ser humano, acaso es lo mismo darle a un padre con un calcetín sudado, en el argot popular, que ayudarle a llevar el peso de los años y del bastón, acaso es lo mismo ver a un niño o adulto jugando con un perro y tirándole una pelota para que la coja o darle un trozo de galleta que ver esa misma persona maltratando y pegando a dicho animal, es lo mismo que alguien al mirarlo o saludarlo te regale una sonrisa o te ponga cara de póker o rostro de avaricia o lujuria o ira o cólera…!?
                       

Se ha discutido mucho si la moral-ética es un campo o disciplina o realidad autónoma, o es debida a una interrelación de aspectos (psicológicos, sociales, culturales, económicos, históricos, etc.). O incluso si la moral-ética es un campo no existente… No vamos a entrar ahora en este problema y en esta cuestión, pero creo que aunque el campo o la disciplina o cualquier tema o cuestión o acto tiene aspectos o variables económicos, sociales, políticos, psicológicos, antropológicos, etc., tiene también una serie de aspectos éticos o morales en sí, no reducibles a los demás campos, o al menos, es una combinación diferente de los demás áreas-campos-dimensiones-perspectivas…
                       

Por lo cual parece evidente y obvio que igual que buscamos el perfeccionamiento, el aumento de “riqueza” a y en todos los niveles, aumento de riqueza estética o de belleza, aumento de riqueza cultural y de conocimientos, aumento de riqueza material o económica, aumento de riqueza social, etc., también parece lógico que de forma “integrada y relacionada” con otros aspectos de la vida-realidad busquemos un perfeccionamiento moral y ético… al final, estaremos de acuerdo que no tienen las mismas consecuencias los actos de una Teresa de Calcuta, que la de un asesino de niños en serie…
                       

Se quejaba Teresa de Jesús o Teresa de Ahumada o santa Teresa de Jesús, como ustedes quieran o prefieran, más o menos y parafraseando “que están estos tiempos tan caídos y decaídos por falta de moral correcta y de espiritualidad correcta”.
                       

Vaya si Teresa de Jesús levantara la cabeza y viniese a los tiempos que nos toca vivir. Por un lado, vivimos en una enorme contradicción y paradoja, jamás en ningún época, han existido en los códigos jurídicos y legales y constitucionales, tantos derechos, o mejor dicho tanta moralidad de alto nivel expuesta en letras de molde, es decir, los derechos humanos son grandes principios morales y éticos. Nos guste o disguste aceptarlo. Pero por otro lado, a nivel individual, grupal, colectivo, el ser humano al tener derecho a dicha aplicación de esos grandes derechos humanos, en su vida individual tiene un enorme grado de libertad, de acción, de pensamiento, de expresión de su voluntad y de sus deseos y sus pasiones, por tanto, de realizar actos, dentro de un marco legal muy amplio, que le permite optar en cada tema o cuestión por multitud de diversidad de aspectos teóricos y prácticos, en definitiva, de una enorme libertad de acción… Por lo cual, vemos hoy, que esa enorme libertad de acción y de pensamiento, no voy a entrar en la dicotomía libertad-libertinaje, puede llevar al ser humano a cometer errores o aciertos morales enormes…
                         

Tendríamos que hablar de aspectos racionales-voluntad-entendimiento-libertad humana, y de aspectos irracionales-pasiones-deseos-pulsiones-emociones-afectos.
                       

Tendríamos que hablar del deseo-pasión, de la emoción-afecto-sentimiento, de la palabra-entendimiento-conocimiento, del acto o acción en sí (sea de palabra, sea de concepción intelectual, sea de acto o de realización del deseo o pulsión, etc.).
                       

Tendríamos que hablar de acto, de hábito o costumbre, de virtud o desvirtud, de hábito positivo, de hábito negativo…Tendríamos que hablar de valores o de desvalores o disvalores, o de valores positivos o de valores negativos…
                       

Tendríamos que hablar de tantas cosas, de tantas, que solo me conformo con que el hipotético lector de este artículo, reflexione sobre estas cuestiones, y quizás llegue a la conclusión, de que debe meditar-pensar más sobre estos temas, porque igual que se informa para realizar una buena inversión económica, de utilizar de forma correcta su dinero, mucho o poco, de ir a un lugar de vacaciones o a otro, o de aprender y aprehender nuevas técnicas en su oficio o profesión, también quizás debería intentar plantearse si debe moral y éticamente perfeccionarse, no digo que llegue al máximo de la perfección moral, pero si ponerse más directa y más activamente en el camino de una moralidad más correcta y más adecuada… ¿Porque cuántos errores que cometemos, en casi todos los ámbitos, no son solo errores económicos, o psicológicos o afectivos o de otro tipo, sino que son simple y llanamente errores morales y errores teóricos? ¿Errores morales que se combinan con errores psicológicos o económicos o de cualquier otro tipo…?
                       

Quizás lo más progresista y lo más verdadero y verídico y bondadoso, siguiendo a Sócrates-Platón-Aristóteles sea seguir una moral correcta y lo más verdadera posible.
                       

¿Podríamos concluir con una pregunta, cuándo alguien cae en un error de salud psíquica, por ejemplo, en alguna adicción, sea el juego o sea la bebida, no tendríamos que plantearnos, que no solo existe un mal médico, un mal psicológico, un mal psiquiátrico, un mal económico, un mal familiar, un mal en distintos grados o especialidades de la realidad, sino también existe un mal moral o ético…? ¿Y si de verdad queremos que alguien que ha caído en la bebida, por poner un ejemplo, sencillo y simple salga de ese atolladero, no solo se tendrá que abordar dicha cuestión desde el punto de vista familiar, afectivo, psicológico, psiquiátrico, biomédico, social, económico, sino también desde el punto de vista ético y moral? ¿Y también espiritual-religioso, pero este capítulo tendremos que dejarlo para otro día…?
                       

Por consecuencia el ser humano tiene que intentar perfeccionarse de forma integrada  en su cuerpo-carne, en su psique-mente, en sus niveles sociales-culturales, pero también en su área o dimensión moral-ético, y desde luego también, si se cree que existe o puede existir la perspectiva o dimensión metafísica-espiritual-religiosa…