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viernes, 15 de noviembre de 2024 00:00h.

¿Día Mundial del éxito y del fracaso?

Hasta donde sé, no existe este día o conmemoración o recuerdo, pero me pregunto, siendo el éxito y el fracaso tan importante para el ser humano, no convendría situar un día, para que al menos reflexionemos sobre estas cuestiones.

Éxito y fracaso, a y en todos los ámbitos y esferas de la realidad humana.

Me pregunto ya que el ser humano es un ser muy complejo, y quizás en el fondo muy simple y muy sencillo, no tendríamos que reflexionar o intentar imponer un día al año que nos ayude a reflexionar sobre todos estos temas, que se derivan no solo en el éxito-fracaso material o económico, sino personal o afectivo, vocacional o profesional, familiar, etc. En definitiva un día de reflexión sobre la vida, sobre algunos aspectos-perspectivas de la vida-existencia humana, que es al final de cuentas, uno de los cinco grandes temas de nuestras ocupaciones-preocupaciones.

No cabe duda de que vivimos en una época, que existen muchas alegrías y muchas frustraciones, mucha libertad y muchas obligaciones, y quizás, no somos capaces de encontrar un equilibrio o una armonía o una inserción de nosotros mismos en nosotros mismos, de nosotros mismos en relación con los demás o la sociedad y el Estado, de nosotros mismos con y en la Naturaleza, de nosotros mismos en ese maremagnum-volcán-mar que es los contenidos culturales-ideas-conceptos-prácticas, de nosotros mismos en las cuestiones metafísicas-espirituales-religiosas.

Todos estos ámbitos nos proveen y procuran factores-variables que sentimos que hemos triunfado, hemos tenido éxito, y otros, que nos proveen situaciones de fracaso-frustración. Y es aquí dónde se derivan y deducen-inducen multitud de aspectos y consecuencias.

Es obvio que el éxito y el fracaso es también muy individual, por lo cual, habrá diferentes escalas y, especialmente cada individuo fijará más sus éxitos en unos temas y otros en diferentes cuestiones, en una cantidad o en una calidad.

Por otro lado, las necesidades humanas pueden ser ilimitadas, en número o clase o tipo, pero también en cantidad de cada una. Lo que puede llevar a que el ser humano nunca esté contento consigo mismo, ni con el mundo en el que vive, y por consecuencia desestabiliza la realidad que percibe, la realidad como la piensa o siente o sueña o desea. Como diría Pinillos, las necesidades humanas pueden ser ilimitadas, en cantidad o en temas diversos.

El éxito o fracaso, podríamos poner dos escalas, una, diríamos lo mínimo común, lo que en general, todo el mundo dispone o quiere. De una o de varias docenas de realidades o de cosas-temas-objetivos-objetos-deseos. Y por otro lado, en determinados temas, en que cada individuo fija diríamos un límite, por lo general, superior o inferior en una escala posible. O dicho de otro modo, pueden que en diez cuestiones o temas, usted se conforme con la media de la población, por ejemplo, tener un coche de gama media, pero en otra cuestión, usted por ejemplo, no se conforma con tener estudios medios, sino que quiere hacer un doctorado.

En cierto modo, como en casi todo, el ser humano se mueve por un lado, por las necesidades mínimas, o si se quieren una cantidad de necesidades, y por otro lado, si éstas están satisfechas o no. Por lo cual, se vale de una “regla general social”, que la determina la época, la cultura, la ideología, y a eso se le añade la idiosincrasia del propio individuo.

Una de las grandes preguntas es por qué, parece al menos, que unos individuos o personas tienen más éxito y otros más fracasos en las mismas cuestiones o temas o actos o vocaciones o profesiones. Y en esto existen multitud de variables, desde la educación, el lugar de la  actividad, el azar, la personalidad del individuo, las circunstancias personales, familiares, el fin o meta o intereses, la racionalización social de ese ámbito, etc.

De ahí, la enorme necesidad que estos factores y otros, se estudien, se planifiquen programas de investigación desde las ciencias sociales. Y así, puedan llegar a conclusiones que después nos enseñen y muestren al resto de los mortales. Diríamos que ahora, este tema es objeto de muy pocas reflexiones, quizás algo desde las humanidades y la filosofía y la cultura en general, pero poco desde las metodologías empíricas científicas. Aunque si se ha estudiado desde la psicología, el tema de la frustración, etc.

Vivimos y existimos en un mundo, que cada vez más personas, van dejando de creer en valores trascendentales-metafísicos-religiosos-espirituales, o dicho de otro modo, su mundo solo es este mundo, por lo cual, tener éxito o fracaso en una o en diez realidades, es esencial, para poder continuar y existir de forma digna y honesta en la vida-existencia.

De la frustración de un fracaso o de varios, las personas concretas pueden cometer muchos errores, errores de todo tipo, no solo morales, sobre si mismas, sobre sus propias familias, sobre los demás. Errores en todos los ámbitos, un éxito trae otro éxito, un error, a veces, otro error, una alegría una nueva alegría, una tristeza una nueva tristeza…

Analizar el éxito y el fracaso nos puede llevar, a unas metas u otras, según que circunstancias, situaciones, cuales pueden ser realistas y cuales no. Cuales puede una persona esforzarse y cuales no. Uno, puede pensar y soñar con crear un imperio económico o que le otorguen el Premio Nobel en su actividad o especialidad, pero hay que ver-percibir-pensar-diseñar si es objetivo es mínimamente realista dicho fin-meta, en cada una de las etapas-tiempos.

No debemos obviar y olvidar, que muchos fracasos afectivos-sentimentales, familiares, personales, vocacionales, laborales, económicos, profesionales, arrastra a las personas a situaciones límite, y en esas situaciones, muchas personas caen en otros errores, que les lleva a sí mismo a situaciones aun más graves, incluso dramáticas y enormemente complejas, es decir, un error o un fracaso, puede arrastrar a una persona, a otro error. Esto lo estamos viendo todos los días.

Un fracaso matrimonial, puede llevar a una persona, si no encaja bien las circunstancias y consecuencias al fracaso profesional o laboral o vocacional, o incluso económico, patologías sanitarias o incluso psicológicas, o incluso verse en la calle. Un fracaso profesional o vocacional, puede arrastrar a una persona a una enorme frustración, y caer en la ebriedad, y al final, destruir su propia familia, etc.

Por lo cual, no es cosa pequeña el tema del que estamos tratando. Tema y cuestiones, diríamos que están todos los días en la vida diaria-rutinaria-normal, nuestra y de los demás, pero que quizás, no es analizado-estudiado-investigado con las metodologías científicas pertinentes, y desde luego, con el resto de los saberes, cada uno con su metodología y todos los ámbitos-esferas-perspectivas-áreas-dimensiones que tiene.

Para terminar, quizás una de nuestras obligaciones como modestos articulistas, es plantear temas y cuestiones que están presentes en el mar-río-tormenta-volcán-selva de la vida-existencia normal de todos los seres humanos, y que por unas razones y otras, diríamos que están más olvidados en las ciencias y en el saber ortodoxo y en las aulas y en los medios de comunicación. O dicho de otra manera, los comunes de los mortales, nosotros el pueblo, desconocemos los estudios psicológicos y antropológicos y sociales y económicos que existen sobre este tema. Pero a nosotros, pueblo o no pueblo, es un tema poliédrico, que todos los días nos ocupa y preocupa, porque todos los días tenemos que torear-terciar con derivaciones de esta cuestión.

Es obvio que no sé, quién y cómo y cuándo y de qué forma o manera, se puede instalar-conmemorar un “Día sobre el Éxito y el Fracaso”, a nivel nacional, a nivel regional, a nivel internacional, pero si creo que es absolutamente necesario hacerlo, porque creo que aclararía muchos conceptos, aclararía muchas actos-acciones-prácticas, más en un mundo con una enorme cantidad de morales-éticas teóricas y prácticas, y creo que contribuiría, un poco o un mucho, a que los seres humanos, fuésemos un poco más felices, y un poco menos desgraciados. Paz y verdad y, por consecuencia, paz y bien y bondad.