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lunes, 16 de diciembre de 2024 09:30h.

“Solitarios: Justo Gallego Martínez”

 ¿Qué diferencia los sueños de una persona de otra, la mentalidad de una persona de otra…? ¿Qué sueños o visiones o mentalidades son más correctos que otros…?

¿Qué nos aportan estos seres humanos que arrastran o llevan sobre si mismos un peso-visión-mentalidad-sueño? ¿Cómo el caso que comentamos en este artículo, hacer él solo, prácticamente solo, con pocos medios, una catedral, hacer en pleno siglo veinte una catedral…?
                        1. Justo Gallego Martínez, 1925, Mejorada del Campo, Madrid.
                        Casi siempre en los artículos que denomino solitarios, describo algo de la biografía y de la vida y obra y hechos, ya que no es lo mismo biografía y vida, de algún autor ya fallecido… Pero hoy, al menos, a día de hoy, este señor con más de noventa años, sigue existiendo y viviendo, sigue haciendo su catedral. Su catedral en un lugar de Hispania, en un lugar de Castilla, en un lugar de la provincia de Madrid, en un lugar del silencio y de los ladrillos…
                        2. Este hombre debió de tener una profunda vocación monástica y religiosa y espiritual. Pero la enfermedad no le permitió continuar con dicha vocación y volvió a su pueblo, y pensó que su función en el mundo, su segunda vocación o la primera realizada de otra manera era construir una catedral. Y eso es lo que lleva haciendo más de medio siglo. Prácticamente solo. Sin apenas medios, sin apenas ayudas, sin apenas consuelo por parte de los demás…
                        Se dice que al principio los niños le tiraban piedras y le llamaban loco. Quizás un loco de Dios, un loco al estilo del poverello, quizás, quizás quién sabe, porque al final el misterio-enigma de un ser humano, el enigma entre él y lo más profundo y el Ser Supremo, nos supera a los demás… A saber el lugar que ocupará dentro de la historia humana…
                        ¿Cuál es el límite del ser humano, del ser humano individual y del ser humano colectivo o de la misma especie…?
                        ¿Cómo se combinan los ideales de un ser humano, con sus vivencias-experiencias, sus traumas, sus deseos-pasiones, sus fines e intereses…? ¿Lo consciente y lo inconsciente, lo real y lo sublimado, lo conceptual y lo imaginario…?
                        Dónde la obra de un ser humano es su misma obra, lo que hace es sí mismo y a sí mismo, y lo que es sí mismo o a sí mismo lo proyecta en una obra. Este podría ser el caso de este solitario.
                        Diríamos que la mente-cerebro-psique-alma es inmensa, es un mar sin límites o casi sin límites o que no conocemos los límites. Y cada ser humano descubre un trozo de ese mar-océano inmenso de su propia interioridad…
                        La obra, en este caso la catedral, va creciendo cada día, sin planos, sin mirar la perfección de una estética o de un estilo, sino va aumentando en su interior y en su exterior, esa mezcla de interioridad-exterioridad. Al final, cada ser humano es eso, solo es eso… Cada ser humano no es solo su desear, ni solo su pensar, ni solo su hablar, sino también su hacer y su quehacer. Y todo junto… palabra y voz y sonido y color y forma y acto y emoción…
                        ¿En el fondo podríamos decir que hay sueños que son comunes a todo ser humano, pero después hay otros sueños que son individuales…? ¡Siempre que esos sueños sean morales y éticos y legales no hay que poner aduanas al mar, al aire, al desierto, al espacio…?
                        ¿Se le hizo a esta persona y a este autor y a esta obra, se recogieron fotografías y se hizo una exposición junto a otros arquitectos en el Moma de Nueva York y arquitectos mundiales alaban esta obra y aquí se da como posibilidad que quizás no se le otorgue los permisos de construcción…? ¿Incluso se plantea la posibilidad o hipótesis de que se destruya cuando fallezca su autor…? ¿Porque no tiene permisos de obras, porque no tiene permisos del ayuntamiento…?
                        ¿La cuestión es simple y sencilla hemos perdido la racionalidad y el sentido común en la Piel de Toro…? ¿En cualquier lugar occidental del mundo esta obra sería alabada, estaría en los circuitos artísticos y estéticos y de museos…?
                        ¿La autoridad eclesiástica no debería llegar a un acuerdo y aceptar la donación de dicha obra, y ser una iglesia más del pueblo, aunque catedral no puede ser según la legislación eclesiástica, pero sea una iglesia más…?
                        ¿Acaso esta obra no puede ser un ejemplo, con todas las limitaciones que quieran, de un cristiano para la Iglesia, y quién sabe qué más cuándo fallezca, y acaso no puede ser una obra de arte, para el mundo de la cultura, dentro del arte pobre, del arte informal, del arte surrealista, bordeando el estilo de Gaudí y bordeando el arte “marginal” de Dubuffet, y de otras composiciones arquitectónicas que existen en el mundo…? ¿Cheval…?
                        ¿Hay peligro que se caiga o se derrumbe a sí misma dicho edificio, porque no tiene suficientes cálculos realizados por arquitectos oficiales? ¿Pero ya ha soportado parece ser dos seísmos…? ¿Pero si muchas personas entrasen al mismo tiempo habría peligro de derrumbe, al cabo del tiempo, en el futuro…? ¿Y esta es la razón por la cual el ayuntamiento no se atreve a darle los permisos oficiales y el resto de los ministerios? ¿Y lo mismo sucede con el sector eclesiástico…?
                        Recuerdo al land art, no habría que considerar esta obra al menos en esa categoría o dentro del arte bruto o del arte marginal o del surrealismo o del arte naïf o como quieran que sea. Pero una obra de éstas, si fuese cualquier edificio y no fuese una catedral, no sería admitida y defendida por todos los sectores del arte de vanguardia del país y de la sociedad…
                        ¿No es acaso este señor del ejemplo de la importancia del trabajo, de la voluntad, del esfuerzo, de la bondad, de buscar un ideal…? ¿El ser humano puede orientar su acción y sus actos en cosas buenas o en cosas malas, pero en este caso no es una cosa buena, hecha con buena intención, incluso sin negar que puedan existir errores en esta obra, incluso en la personalidad de esta persona…? ¿En un tiempo que no se valora suficiente el trabajo duro y el esfuerzo duro y el tesón y la ascética y el buscar la bondad, ni menos aún hablar de Dios, ni menos aún ofrecer a Dios los propios trabajos y esfuerzos y sufrimientos, cada uno en su situación y su vocación y su profesión, en un tiempo así, quizás un ejemplo de este tipo sea digno, digno de ser mencionado y recordado, no solo a nivel estético, sino también a nivel moral…? ¿Y a estas alturas la sociedad debería ayudar, distintos organismos públicos prestarle algún arquitecto que realice cálculos, algunos organismo públicos y privados, aportarle una mínima de ayuda para que pueda ver su catedral terminada, porque ya va camino de casi cien años…?
                        ¡¿Nada se hace solo, nada que valga la pena, al menos, la sociedad al menos debe admitir ese trabajo, debe cuidarlo, debe pensarlo, debe mantenerlo…? ¿Y esto sucede lo mismo sea un libro o un poema o una obra de teatro o una catedral como en este caso…?
                        La humildad y la modestia de este ser humano, la humildad y modestia de materiales y el reciclaje y con ellos montar un enorme edificio… por el bien, según dice de los hombres, en honor del Ser Supremo. Un hombre medieval en una época de la vanguardia, de la postmodernidad. Un ser medieval a veinte kilómetros de una de las ciudades más grandes del mundo, Madrid.
                        Siempre pensamos las limitaciones del ser humano, sus negruras y sus obscuridades, pero no nos damos cuenta de sus luces, de sus colores, “el ser humano es imprevisible”, según el famoso anuncio que de alguna manera lo catapultó a la fama mundial… diríamos que es un monje que está haciendo una catedral, para el bien de los otros seres humanos, para el bien y amor hacia el Buen Dios… Se crea o no se crea en Dios, no podemos negar el mérito de esta obra, el mérito de esta persona, el mérito de la voluntad humana bien dirigida y bien encauzada, “con buena intención” cómo él diría…
                        Lo que puede un ser humano esto es lo que nos está diciendo, lo que lleva un ser humano por dentro y por fuera, eso es lo que nos está diciendo… y ese dentro-fuera materializado en una “realidad concreta positiva y bondadosa”. No pensar en hacer o que vas a hacer, sino en hacer, siempre que sea legal, moral y bueno…
                        ¡Cuántos planes positivos, y necesarios, se quedan en el aire y en el imaginar…! ¡Por supuesto que no todo es conveniente, aunque sea bueno, siguiendo el parecer de Pablo de Tarso, pero no cabe duda, de que hay que aquilatar, sopesar, equilibrar, armonizar entre los deseos-pensamientos buenos y los deseos convenientes y adecuados, cada uno según su situación, vocación, etc.! ¡Porque igual que muchas personas se pierden cayendo en ideas o en actos malos o negativos, sean malos desde un saber ortodoxo o malos desde la moralidad…, también hay que ser muy prudentes con los actos buenos, porque no todo es conveniente, depende de edad, estado de vida, posibilidad, etc.!
                        3. La conclusión en este caso va a ser fácil o mejor dicho sencilla, si puede usted vaya a ver con sus ojos y sus manos dicha construcción, y si no puede ir físicamente acérquese a ella, a través de los medios de información actuales, sea Internet, sea fotografías…, quizás como el verdadero arte le ayudara a comprender y entenderse mejor a usted mismo, y aunque solo sea por eso, habrá valido la pena… Salud y salud…