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viernes, 15 de noviembre de 2024 00:00h.

La guerra de los mundos

Es necesario ayudar y atender al que lo necesita, por supuesto, y "atender a lo urgente que es importante y sin desatender lo importante que también es urgente"

Nos conducen a una especie de engranaje desde el que nos controlan, nos cortan las alas poco a poco mientras nos regalan los oídos con lo que parecieran prebendas; nos disfrazan los derechos, nos empequeñecen hasta el punto de autoanularnos, asfixiándonos y, de repente nos dejan respirar, con lo que les estaremos eternamente agradecidos y diremos: "quédate con todo, no importa, al menos soy libre para respirar".

En Siria ya van demasiados años de guerra y parece que los que pueden impedirlo miran para otro lado mientras el pueblo desesperado huye, dejando casi todo atrás, sin miedo a perder la vida. Y da la sensación que los poderosos (los que pueden parar esta barbarie en origen) esperan hasta que les supliquen, hasta que un pueblo vencido e impregnado por el hedor de la sangre y de la muerte suplique y diga: "si nos ayudas puedes quedártelo todo, nuestro petróleo, nuestras minas, nuestras tierras, nuestra riqueza...porque nosotros lo único que deseamos es respirar en paz"... Entonces cuando tengan garantías de controlar lo que da poder, entonces, solo entonces, tal vez, decidan acabar con unos cientos de terroristas que ellos mismos han armado...

Y, mientras, la Europa de las oportunidades ( ¿oportunidades u oportunistas?) se debate entre cantidades y cupos a repartir, como si se hablara de sacos que hay que almacenar por un tiempo cuando en realidad esos "sacos" son personas que buscan una vida digna, con mejoras, con atenciones, en un Estado de Bienestar, después de haber dejado atrás la guerra tras salir de Siria porque, permitanme pensar y creer que la Guerra ha dejado de ser una amenaza una vez  han pisado suelo en Grecia, Macedonia, Hungría o Turquía.

Asisto a debates en televisión, prensa y radio en torno a lo que está aconteciendo ante este drama y crisis humanitaria, presencio como se marea la perdiz, como nuestros líderes ya no dicen el "Y tú más" sino el "Y yo más". Es necesario ayudar y atender al que lo necesita, por supuesto, ¡y atender a lo urgente que es importante y sin desatender lo importante que también es urgente!

Tiro la vista hacia atrás y recuerdo, en el año 2006 y 2007, un drama migratorio que sobrepasó cualquier estimación. Un día sí y otro también, a las costas Canarias llegaban pateras y cayucos con cientos de personas que huían del hambre y la guerra. Si, también huían de la guerra. Por aquel entonces se contabilizaron más de 32.000 personas que llegaban de forma irregular al archipiélago, por ende a España y a la Unión Europea. Sí, Canarias era solo la puerta de llegada. 

La organización de la Media Luna Roja (Cruz Roja) alertó de que en el intento podrían haber muerto entre tres mil y ocho mil personas, ahogadas, en el Atlántico. Fueron muchas pero recuerdo una de estas barcazas que, con 25 personas a bordo, zozobró a pocos metros de la costa de Lanzarote y, allí mismo, cerca de la orilla y sin saber nadar, fallecieron sus ocupantes, niños y jóvenes...

Recuerdo a nuestros representantes políticos, presidente del gobierno y consejera de asuntos sociales, Inés Rojas, "pelear" en el mejor sentido de la palabra, con los representantes de otras comunidades para que se solidarizaran con Canarias y aceptasen acoger en sus comunidades a menores inmigrantes no acompañados, a los que ofrecer un buen trato... Y casi todas ponían excusas. 4.000 menores se alojaban en los centros de Canarias...

Ese efecto migratorio parecía ser un asunto de Canarias, a lo sumo de España... nunca escuché a ningún representante europeo -y mucho menos a la canciller alemana-  hablar en los términos en los que la he escuchado estos días, como si fuese la más solidaria del mundo cuando, aún recuerdo como no se apiadó de la niña palestina que lloraba, suplicándole  una oportunidad para su familia en Alemania... ¡Y ya no digamos de la presión ejercida sobre la política griega! ¡Qué no nos vengan a dar lecciones de solidaridad!


 
¿Y por qué escribo todo esto?
 
Porque hay partes que se me escapan. Renglones que no comprendo. Preguntas a las que no hallo respuesta.

¿Por qué esa cruenta guerra en Siria sigue su curso y lo único que vemos de ella es cómo huye el pueblo? 

¿No existen medios ni super héroes internacionales para combatirla en origen?

¿por qué se reiteran las imágenes de los trenes hacinados, abarrotados... hacia ninguna parte? 

¿por qué se les dibujan números en los brazos para marcarlos?

¿por qué se dice, estando ya en suelo de Hungría, Turquía, Macedonia... qué desean ir a Alemania, huyendo de la guerra, si ya la guerra no existe dónde están?

¿por qué no quieren pedir asilo en estos países y sí en Austria, Alemania o Suiza?

¿Por qué no se habla de las personas que están asistiendo -muchas, lo sé-, con alimentos y otras atenciones a los que llegan desde el horror de la guerra y sí se habla de los que responden con atrocidades y gamberradas al drama humanitario? 

Demasiadas preguntas y, tal vez, una sola respuesta... "intereses" de distinta índole que escapan al entendimiento de alguien de a pie.