AMOR parte III
Dicen que el amor mueve montañas, en mi caso así es. Hay diferentes tipos de amores; amor a los padres, hijos, amigos, mascotas e incluso cosas. Pero está ese amor que mueve todo tu mundo, descolocándolo u ordenándolo a su paso, todo ello depende del momento en el que se presente en tu vida.
El Amor en mi vida es esencial por no decir vital, con él me siento llena, radiante, feliz. Necesito el amor en mi vida tanto como el aire que respiro. Ya sea breve o eterno pero que esté presente.
Siempre he considerado que es muy importante elegir a la persona con la que queremos compartir nuestro mundo. La familia pertenece a nuestra vida por imposición genética, no los elegimos, los queremos y aceptamos porque forman parte desde que nacemos pero aunque nos disguste su forma de ser están ahí y estarán siempre, pero no porque los hayamos puesto en el camino nosotros mismos.Los queremos sí pero no por elección propia. Las únicas personas que escogemos son nuestras amistades y parejas. Esta última con una importancia extrema, de ella depende una parte muy importante de nuestra felicidad.
El amor en ocasiones fugaz y en otras eterno, por lástima, hasta que no se nos agote el tiempo no sabemos a cuál de los dos nos estamos enfrentando. Considero que es una suerte conseguir a esa persona que te quiere, te cuida, te mima, te protege, te respeta, te es fiel, sincera, leal, divertida, pasional y confidente. Esa persona que te complementa aún cuando no lo buscabas ni mucho menos esperabas. Por el que darías la vida sin cerrar los ojos, con el que no te planteas todo lo malo que pueda pasar, él, que llega a mi vida para eclipsar momentos.
Puedes ser o no correspondida, puedes recibir tanto como das o no, pero para mí el amor se basa en sentir, sentir y sentir una y otra vez y no dejar de hacerlo. Soy de esas personas que piensan que el amor todo lo puede, creo que mientras que exista el sentimiento todo lo demás va solo. Por supuesto soy consciente que no todo se puede permitir o soportar por amor, pero sí razono que si hay amor se pueden cambiar ciertas actitudes para que todo discurra mejor, es entregar para recibir.
Tampoco nos pilla de nuevos saber que no tenemos elección cuando llega esa persona que nos hace palpitar aceleradamente. Llega y ya está, sin más, te atrae y enamora a ciegas, no por selección sino porque estaba destinado a ti. Y sientes y piensas y te dices a ti misma “¿por qué él ?” “¿por qué ahora?”
Él apareció en mi vida sin querer, en un momento en el que me sentía plena con mi amor propio, un tiempo en el que sola se estaba genial, casi mejor que nunca añadiría. Por ello cuando mi Grinch apareció me desubicó. Él es la persona más contraria a mí que jamás he conocido, pero a la vez la más complementaria. Es protector, leal, paciente, (debo añadir desquiciante, me saca de quicio constantemente), es la persona que más me ha hecho reír jamás y eso es una perdición, de hecho una amiga me dijo cuando estábamos comenzando que si me hacía reír estaba perdida porque esos eran los que enamoraban, no se equivocó. Es una de las personas con el corazón más grande que conozco. Y sin duda es el mejor compañero de viaje y de vida que se pueda tener.
Después de años y relaciones fallidas, después de sentirme bien conmigo misma, conocerme, aceptarme y quererme como nadie, después de no ser la única opción que tenía, cuando el destino nos presentó y decidimos comenzar esta aventura llamada amor presentí que venías para quedarte y ojalá seas eterno junto a mí Héctor.
Hay amores que vienen como se van, de esa forma tan fugaz que genera daño, dolor o quizás pena por lo que podía haber sido y no fué. Por el contrario hay otros que son tan eternos como el ciclo de la vida y tan dulces como deslizar los dedos sobre la seda. No sabría cual elegir, simplemente elegiría que fuese real.
El amor debe nacer, crecer y desarrollarse, y la pareja junto a él.
No sé lo que me deparará el maravilloso destino acompañado del divino universo, sólo deseo que me deje disfrutar de este momento y esta historia de amor la cual no quiero que tenga escrito un final.
Acabo esta trilogía de reflexiones valorando la palabra AMOR como el sentimiento más fuerte y universal que existe, el que debemos cuidar y respetar para que nuestra felicidad esté más cerca.