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viernes, 15 de noviembre de 2024 00:00h.

Importancia a lo importante

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Vivimos en el siglo 21, un poco irreal si valoramos los sucesos que nos acontecen desde hace unos años. Un mundo bastante retrógrado para lo avanzado que va en multitud de cosas, una era donde funcionamos con el 5G y a las puertas del 6.

Cuando un grupo de cabezas con un coeficiente intelectual lo suficientemente alto nos rodean creando drones, cyborg y el metaverso es el futuro más real que nos espera. Inevitablemente la comunicación a través de hologramas es el futuro más certero.

Lamentablemente, relacionarnos en la nueva era nos parecerá una odisea hasta que forme parte de nuestro día a día.
Por un lado la ciencia con su avance continuo y ágil, por otro la historia de las naciones, nuestra historia, nuestra vida, nuestros ancestros, lo que vivimos por nuestros gobiernos. 

Marzo de 2020 pandemia nacida en China y reproducida por todo el mundo. Cierre mundial, con unas pérdidas económicas irrecuperables para miles de millones de negocios de diferente índole, pero sin duda una recuperación totalmente asombrosa de nuestro medio ambiente. El cielo y el mar desgraciadamente jamás los volveremos a ver con el mismo color y la misma limpieza que en ese momento. Dicen que no hay mal que por bien no venga y sí, pudimos respirar aire puro por un breve espacio de tiempo. Y por supuesto para aquellos que valoramos el tiempo como lo más valioso que poseemos junto con la salud, ese parón nos vino como agua en un desierto.

Febrero 2022 guerra en Ucrania. De esas que parecen no tener fin al igual que no han tenido un comienzo justificado. Esta guerra que a día de hoy continúa, ha causado miles de muertes, millones de traslados de ciudadanos y deterioro y toxicidad medioambiental entre otros daños.Y continuará…
Otra gran catástrofe ha sido la plaga de langostas de África, una epidemia migratoria de las más peligrosas del mundo que afectó a más de 9 millones de personas.

Enumeramos también el vertido de 20.000 toneladas de diesel en el Círculo Polar Ártico, afectando alrededor de 350 kilómetros. Lo cuál se mantendrá entre 5 a 10 años hasta su total eliminación.

Si continuamos tenemos por ejemplo el mortífero terremoto de Haití, ola de calor con cientos de muertos en Canadá, erupciones volcánicas, tornados en el sur de EEUU, tifones, tsunamis, terremotos devastadores e inundaciones históricas, todo ello en el último lustro.

El cambio climático que ha ido llegando de forma progresiva a lo largo de los años, el cual hemos estado ignorando toda una vida y que hoy en día nos damos cuenta que es una realidad a nuestro alcance y que va avanzando en los últimos tiempo con la misma velocidad con la que el halcón va tras su presa. 

La alimentación que vamos a tener en unos pocos años es motivo de preocupación, ya que con la sequía que nos acecha los cultivos van a dejar de generar alimentos y comeremos ciencia. Todo lo que vendrá será pura comida científica, esa que se cosecha aguantando las altas temperaturas tras muchos estudios. 

Es motivo de preocupación tanto o más que una pandemia, que una guerra civil o elegir qué partido político nos gobernará en las próximas elecciones nos preocupa PSOE, PP, VOX, CC, PODEMOS, IU, etc… No podemos seguir soltando nuestra energía en los noticieros y en lo que nos venden, la política está bien pero en con su debida dosis, no nos puede absorber como ya lo hace, el foco se lo debemos dar a lo importante, nuestro futuro, el inmediato y el que no lo es tanto, sobre todo para nuestra descendencia. 

Continuar ignorando lo que está pasando en el mundo ya no es una opción,no debemos hacerlo, pero mucho menos nuestra tierra más cercana. Somos conscientes aunque cerremos los ojos de que estas altas temperaturas no se deben a que llegó el verano, que los últimos años hayamos tenido algunas estaciones rodadas, no es una casualidad. Por favor reflexionemos. Cuidémonos y cuidemos nuestro entorno y eso sí, importancia a lo importante.