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jueves, 14 de noviembre de 2024 00:00h.

Un Otoño más cálido

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"Por el contrario a otros les da la satisfacción de una estabilidad y rutina que ya añoran, para los que el verano se ha hecho eterno y dan fin a la tortura de un calor empalagoso que no saben sofocar".

El otoño llega para decir adiós a la desesperanza, a un amor de verano, a las vacaciones, al sabor del camarón con una cerveza, a los atardeceres bonitos y al tardeo que se alarga hasta convertirse en amanecer.
A principios de septiembre regresan las imágenes de las ligeras mochilas en la espalda camino al colegio, las cargadas de historias y también las que son lastres de un verano complicado que nadie ve pero que muchos sienten. 

Sea como fuere, en septiembre se sucede el segundo comienzo de año y ahí le siguen muchas formas de empezar de nuevo otra etapa; escolar con el avance de un nuevo curso, amorosa de ese ligue de verano que se consolida, laboral con nuevas aspiraciones, y sobre todo comienzos de metas, objetivos por cumplir, sueños a alcanzar  e intentar crear una vida más feliz. 

Tenemos veranos que no queremos que pasen y no solo al olvido, simplemente no queremos que acaben porque el otoño se siente más frío y solitario. Toda la claridad que el mar azul cielo despejado nos regala, nos lo arrebata el gris lluvioso de tormenta con sus trampas constantes de volver a la realidad, a la carga emocional.

Los comienzos a algunas personas le generan miedo, incertidumbre e incluso ansiedad por no controlar lo que está por venir, pero, ¿alguna vez lo controlamos? y, ¿nos quedamos estancados por miedo o comenzamos?. 
La realidad es que septiembre abre las puertas al otoño que para algunos es un golpe de una realidad a la cual no quieren enfrentarse después de gozar unas vacaciones o si no las tienen, del disfrute de días soleados y de piscina o playa. Por el contrario a otros les da la satisfacción de una estabilidad y rutina que ya añoran, para los que el verano se ha hecho eterno y dan fin a la tortura de un calor empalagoso que no saben sofocar.

A mí particularmente me encanta esta estación que nos regala, tardes de lluvia, de frío, de aroma a una taza de chocolate bien caliente  y sobre todo a tardes cortas para vislumbrar a la luz de las velas un buen libro o rato de escritura con una copa de vino tinto.

El otoño trae más tiempo para la reflexión, para apuntarse algún deporte, para organizar los viajes o actividades que deseamos hacer en las próximas vacaciones, el entusiasmo de tener cerca la tan afamada fiesta de Halloween que a tantos les encanta disfrutar y por supuesto con la calidez de abrir las puertas a un invierno donde los escaparates nos iluminarán.

Esta estación que acaba de comenzar hay que prepararla desde el verano, agradeciendo porque exista, con la calma de que todo llega, la sabiduría de que es muy necesaria  y siendo conscientes de que si la recibimos como merece, posiblemente el otoño sea más cálido.