Tengo preparada mi maleta.
Mi cepillo de dientes, mi pintalabios rojo, mi diario y mi boli.
Mi grabadora _por supuesto _ y un libro de García Cabrera 
a medio de leer.
Mi maleta y yo andamos siempre a la espera de algún viaje,
próximo o lejano.

Soñamos con nuevos horizontes, con espacios más amplios.
Con miradas nuevas que se sorprenden ante mi sonrisa desconocida
como si fuera una amiga de toda la vida. 

Mi maleta y yo tenemos vocación de peregrinas. 
Nos gusta andar por los caminos buscando paisajes distintos y amaneceres iguales, con soles que no siguen la misma ruta.
Mi maleta y yo sentimos debilidad por los aeropuertos.
Somos adictos a la emoción tensa de las salas de espera, a las pantallas parpadeantes que van señalando la hora del vuelo,a esa voz estridente que nos dice … señores pasajeros, embarquen por la puerta número tal.

¡Comienza la aventura!
Otra vez dos locas sueltas con ansias de libertad:
Mi maleta y yo … la pareja ideal.

Mari Carmen Martín