Opinión
El caballero de la espigada figura
Y en mitad de aquel derrotero sin un destino demasiado claro lo único a lo que se podía agarrar aquella sociedad perdida era a frases como: “Puedo prometer y prometo”.
Y en mitad de aquel derrotero sin un destino demasiado claro lo único a lo que se podía agarrar aquella sociedad perdida era a frases como: “Puedo prometer y prometo”.