Opinión
De Joaquín a la Eternidad
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“Pero también escucho su voz cuando nos contaba las historias de fiestas en nuestro Centro hacía ya tiempo. Nos acariciaba el oído y nos acordábamos del clásico ya que daba la impresión de que, al oírlo, pensábamos que cualquier tiempo pasado fue mejor. Todos reíamos y yo quería ser como tú: coronel del deber y general del placer”.