“Pero hay también algo terapéutico. Esa sonrisa lanzada hacia el que lleva tres días sin ver la luz porque un problema pesa más que su alma, esa mirada de gratitud hacia el que no se siente lo suficientemente valorado, ese tiempo dedicado con generosidad hacia aquél que ha perdido la fe en el ser humano, todo ello puede ser la medicina salvadora para el que sufre un día sí y otro también. Y no cuesta nada, no nos cuesta nada, no debe costarnos nada, sólo ser amable y amar un poco a los demás. Creo que el Nazareno decía algo parecido a eso.”