Opinión
Prólogo y epílogo
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“Sentimos y, muchas veces, sentimos en demasía, si eso es posible. La alegría es interrumpida por la tristeza y los momentos obscuros son aplacados por la luz de la esperanza. Así es el devenir del día a día, momentos que empiezan con el sonido del despertador y que no intuyes porque no sabes qué traerá la marea de la vida. Vivir, supongo, es eso, seguir y mirar hacia adelante con pocas certezas que te calmen el alma. Ya saben, “ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror”, que diría Rubén Darío.”