Escocia desea regresar a la Unión Europea y ocupar el puesto que deja Gran Bretaña
Primero y para situarnos, un Poco de Historia: Escocia (en inglés y escocés: Scotland; en gaélico escocés: Alba) es la más septentrional de las cuatro naciones constituyentes del Reino Unido. Junto con Inglaterra y Gales, forma parte de la isla de Gran Bretaña, abarcando un tercio de su superficie total; además consta de más de 790 islas. Limita al norte y oeste con el océano Atlántico; al este con el mar del Norte, al sur con Inglaterra y al suroeste con el canal del Norte y el mar de Irlanda. El territorio escocés abarca 78 772 km², y su población se estima en 5.376.000 habitantes en 2018, lo que da una densidad de población de 64 habitantes por km². La capital es Edimburgo, mientras que Glasgow es la ciudad más grande, y su área metropolitana concentra un 40 % del total de la población escocesa.
Escocia toma su nombre de «Scotus», término latino que significa «irlandés» (la forma plural es «Scoti», «irlandeses»). Esto hace referencia a los colonizadores gaélicos de Irlanda, país que los romanos inicialmente llamaron «Scotia» (forma femenina de «Scotus»). Los irlandeses que colonizaron la actual Escocia eran conocidos como «Scoti». Los romanos de la Alta Edad Media utilizaban el nombre «Caledonia» para referirse a la actual Escocia.
El Reino de Escocia fue un estado independiente hasta 1707, fecha en la que se firmó el Acta de Unión con Inglaterra, para crear el Reino de Gran Bretaña. La unión no supuso alteración del sistema legal propio de Escocia, que desde entonces ha sido distinto del de Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte, por lo que es considerada en el derecho internacional como una entidad jurídica distinta. La pervivencia de unas leyes propias, y de un sistema educativo y religioso diferenciado forman parte de la cultura escocesa y de su desarrollo a lo largo de los siglos.
Surgido en el siglo XIX, el independentismo escocés ha ganado influencia desde finales del siglo XX; representado por el Partido Nacional Escocés que aboga por la independencia de Escocia y obtuvo la mayoría absoluta en el Parlamento escocés en las elecciones de mayo de 2011. En 2014, el gobierno escocés y el gobierno conservador de David Cameron llegaron a un acuerdo para plantear un referéndum sobre la independencia escocesa que se celebró el 18 de septiembre de ese mismo año ganando la continuidad en el Reino Unido por 10,6 puntos.
La bandera de Escocia o The Saltire consta de un aspa o Cruz de San Andrés blanca sobre fondo azul, emblema que también entró a formar parte de la bandera del Reino Unido o Union Jack en 1606. Hay muchos otros símbolos de Escocia, oficiales o no, tales como el cardo (la flor nacional), la Declaración de Arbroath, el dibujo del tartán, relacionado con los clanes escoceses, o la bandera del "León Rampante" que aparece en el Estandarte Real de Escocia. El lema nacional es "Nemo me impune lacessit", que puede traducirse como "Nadie me ofende impunemente", y que a su vez se relaciona con el cardo.
La canción Flower of Scotland es popularmente considerada como himno nacional de Escocia, compitiendo con Scotland the Brave. La primera es la que se emplea en la mayoría de acontecimientos políticos y deportivos, como por ejemplo, en los encuentros de la selección de fútbol de Escocia, mientras que la segunda se usa para representar a Escocia en los Juegos de la Mancomunidad. Dado que no existe un himno oficial, la disputa continúa abierta, especialmente tras la Descentralización de poderes de 1998, y existen otras canciones candidatas, como Scots Wha Hae, A Man's A Man for a'That o, más recientemente, I'm Gonna Be.
La fiesta nacional de Escocia es el "Día de San Andrés", el 30 de noviembre, aunque la Burns Night o Noche de Burns, celebrada el 25 de enero en honor al poeta nacional, Robert Burns, tiene un mayor seguimiento. El "Día del Tartán" es otra celebración de invención reciente, y originaria de Canadá. En 2007, el Parlamento de Escocia aprobó el decreto oficial por el que el Día de San Andrés pasaba a ser bank holiday, día de fiesta oficial.
En la actualidad, conviene analizar los resultados del Referendum del Brexit en el Reino Unido. Dos naciones votaron por permanecer en la Unión Europea: Escocia con el 62.0 %, e Irlanda del Norte con el 55.8 %, y dos por la separación: Inglaterra con el 53.4% y Gales con el 52.5%.
Por todo ello, Escocia ahora se reafirma en su voluntad de regresar al seno de la Unión Europea y convertirse en la Nación nº 28, ocupando el lugar que acaba de abandonar la Gran Bretaña.