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martes, 26 de noviembre de 2024 00:00h.

Usar una red móvil 4G como módem puede tener riesgos para el bolsillo y la privacidad

Esta tendencia está más extendendida en EE UU y Reino Unido, donde la penetración del 4G es mayor.

 

Con la llegada de la telefonía 4G, muchos usuarios se han planteado sustituir su módem y router por la conexión móvil mediante el tethering.

Esta tendencia tiene mucho éxito en países como Gran Bretaña o Estados Unidos (allí el 4G tiene más clientes). En España dependerá de las condiciones de cada contrato, del perfil del usuario y de los usos que se le quieran dar a la red.

En estos temas, pasarse de la raya puede salir muy caro.

Además, por otro lado, también es importante saber que con el tethering se genera una red wifi abierta, con los consiguientes peligros de intromisiones, según detallan desde Consumer. Ahora, todos los operadores tienen ofertas interesantes, aunque algo elevadas de precio en comparación a cómo podrían estar en el futuro.

Además, por el momento, la frecuencia en la que operan estas redes no es la más idónea, ya que la banda de los 800 gigaherzios, la ideal, estará ocupada por las cadenas de televisión digital al menos hasta enero de 2014. Cuando la 4G opere en esta frecuencia, el ancho de banda móvil podría estar cercano a los 100 mbps.

Sí puede hacerse de manera ocasional con buenos resultados, si se navega poco más de una hora al díaEn comparación con la 3G, la nueva 4G triplica el ancho de acceso, lo que facilita al smartphone muchas funciones que antes eran difícilmente posibles, como ver vídeos en el móvil en alta definición de larga duración, el streaming de música desde servicios en la 'nube' o las conversaciones gratuitas de voz por Internet en el teléfono. También se pueden generar redes wifi lo bastante potentes para que se conecten uno o más portátiles y trabajar desde ellos o navegar.

Factura disparada o conexión imposible

Salen las cuentas, si no fuera porque un estudio de 2012 de la empresa de telecomunicaciones Ericsson advertía de que no se podía comparar el gasto de un portátil o un sobremesa con el que tiene un móvil o una tableta.

Según la investigación, el portátil dispara el volumen de datos necesario para ejecutar las mismas funciones que el smartphone, de modo que si el consumo medio de un móvil puede estar entre los 500 megas y los dos gigas, el de un ordenador bordea los ocho gigas en actividad normal, es decir, sin ver películas.

Las advertencias de Ericsson vienen a cuento, porque las redes móviles no van con tarifa plana: las operadoras ponen el límite de datos consumidos para 4G entre uno y dos gigas. Si se supera este límite, que en un portátil se puede superar en menos de una semana, pueden suceder dos cosas, en función del contrato que tengamos: La primera es que el ancho de banda se reduzca de golpe desde los 20 mbps a los 250 kbps, con lo que se hace imposible usar la conexión para los ordenadores.

En algunas tarifas baja a 128 e incluso a 16 kbps, anchos de banda del todo inútiles hasta para el móvil. El segundo supuesto es que la velocidad se mantenga a cambio del pago adicional de una cantidad por cada 500 megas o cada giga descargado de más.

Esto supone, con un consumo normal, un gasto adicional importante. Estas tarifas no están pensadas para el tethering, al menos de forma sistemática. Sí puede hacerse de manera ocasional con buenos resultados, si se navega poco más de una hora al día, o si se hace para conectar tabletas, cuyo consumo se acerca mucho al de los móviles. Y un último aspecto: mientras exista el roaming de datos, jamás deben usarse estas técnicas en el extranjero.

Redes poco seguras

Las redes wifi creadas mediante tethering funcionan con una clave que nos da nuestro smartphone y que debemos poner como contraseña para acceder a ellas en el ordenador o la tableta.

Estas claves, por lo general, son sencillas, ya que la idea es no complicar el acceso e incluso compartirlo con amigos, compañeros de trabajo o la familia. Sin embargo, como en toda red wifi con contraseñas débiles, la conexión es insegura.

No es imposible que alguien que esté cerca nuestro (si usamos el tethering en un tren o un aeropuerto), pueda detectarlas y romper la clave sin problemas para luego, incluso, entrar en nuestros archivos privados. Los teléfonos, no obstante, permiten cambiar estas claves generadas por otras más complejas y difíciles de romper. Basta con seguir unos sencillos consejos para crear una contraseña eficiente.