Los efectos de la aparición del insecto diocalanbra frumenti se circunscriben a las palmeras de San Sebastián mientras que las del resto de la Isla se encuentran sanas. Así se determina en un estudio realizado por el Gobierno de Canarias en el que se apunta como medida a tomar el establecimiento de un cinturón de seguridad alrededor de la capital para que no se vean afectadas los ejemplares del resto de la Isla. En el documento se recoge que apenas son cinco los ejemplares en los que los efectos del insecto pueden ser calificados de significativos.

Los técnicos llegaron a esta conclusión después de inspeccionar 727 palmeras repartidas por toda la geografía insular. El resultado del informe fue analizado por la consejera insular de Desarrollo del Territorio, Ventura del Carmen Rodríguez Herrera y el director general de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de Canarias, Pedro Tomás Pino en el transcurso de una reunión celebrada el pasado miércoles en la sede de la institución insular. Los ejemplares afectados se sitúan en su mayor parte en las avenidas V Centenario, los Descubridores y Fred Olsen. Casi todos pertenecen a la especie phoenix canariensis, phoenix datuylifera e híbridos.

En este encuentro se concluyó con que el Ayuntamiento de San Sebastián se encargará de atajar la enfermedad mientras que el Cabildo asumirá las tareas de control y vigilancia en el resto de los terrenos fuera de la zona tampón que abarca un kilómetro de longitud. El tratamiento no es complicado y los productos y personal serán cubiertos por el Gobierno canario.

El insecto conocido como diocalandra fumenti es un coleóptero de entre 6 y 8 milímetros de longitud, considerado como una plaga del cocotero aunque también ha aparecido en la palmera canaria. Es originario de la Polinesia y extendido por los trópicos. En la Isla de Gran Canaria apareció por primera vez en 1998 en el sur y a partir de aquí se fue extendiendo hasta llegar a Las Palmas de Gran Canaria. También se ha detectado en Fuerteventura en zonas ajardinadas.