La Nao Santa María, un proyecto-idea de revulsivo turístico ¿Aparcado en San Sebastián? (Editorial)
Adasat Reyes, alcalde capitalino, ¿parece haber “aparcado”? su idea de materializar este importante proyecto que significaría un importante impulso turístico para la capital insular. Pensamos que no.
Construir e instalar una réplica de la Nao Santa María, con la que el Almirante Colón partiese desde la Rada de San Sebastián de La Gomera hacia el “Nuevo Mundo” en un ya lejano el 6 de septiembre de 1492; fue desde los comienzos de legislatura una idea de este alcalde que cree que, invertir en zonas de ocio y esparcimiento para los turistas y visitantes, es tan importante como el disponer de una oferta alojativa de calidad y primer orden.
Si a ello le sumamos que, este tipo de espacios suponen un viaje real al pasado y un contacto vivo e íntimo con la historia que, como es el caso, está estrechamente ligado con el puerto y la ciudad capital; la materialización del proyecto significaría un gran revulsivo turístico para el tejido comercial y turístico de San Sebastián de La Gomera.
Los Fondos proveniente del reparto de FDCAN han sido y serán durante algunos años, esa “tabla de salvación” para muchos Ayuntamientos, no sólo en La Gomera, para hacer realidad esos proyectos que redunden en el beneficio de la localidad donde se desarrollen y que a su vez, estos generen riqueza y empleo en los municipios.
Por su complejidad y su coste o etiología y, dependiendo del poder económico de algunos Consistorios como en La Gomera, donde algunos por si solos no podrían hacerles frente; presentar este tipo de proyectos para ser financiados con cargo a estos fondos, ha sido el camino más llano con el que cualquier institución haya contado, cabe citar en este caso, la recientemente remodelada Plaza Leoncio Bento de Agulo, sin cuya existencia no hubiese sido posible.
Otros lugares de Canarias, no han dudado en “apostar fuertemente” por generar y crear infraestructuras encaminadas a lograr que los turistas, aparte de encontrarse con alojamientos de calidad, puedan llevarse la experiencia de haber disfrutado del paisaje y entorno natural así como de ser actores activos de la historia e idiosincrasia de los lugares que visitan. La Nao de La Palma es un claro ejemplo de ello; un navío-museo que pone en contacto directo al visitante con las peripecias vividas por Colón y sus navegantes en la singladura del Descubrimiento.
Claro que, La Gomera es un caso atípico, al menos, en los que ejercen de Opositores o algunos de ellos como es el caso de San Sebastián, donde cada idea que pueda generar riqueza y mitigar la falta de empleo, es vista por los de siempre como la materialización de “otra obra pufa” sin que aporten proyectos o ideas de cómo actuar para ponerlas en marcha.
Así con todo y además estimando que los recursos públicos deben destinarse únicamente a “regar las palmeras de las laderas por falta de lluvia” o apostar por una agricultura ecológica sin tan siquiera pensar en la proyección de un Mercado Insular que pueda impulsar la venta de los productos agrícolas, a fin de estimular a los jóvenes con medidas reales y efectivas que demuestren que le es rentable trabajar los campos gomeros.
Mucha “bagatela” que, como en el caso que nos ocupa, Si Se Puede en San Sebastián añadió en su momento como a todos los proyectos que lleven el sello de los que tienen miras de desarrollo, considerando esta idea como “oscurantista” o de “malas ocurrencias a las que se les pone presupuesto”, así como poner en tela de juicio la efectividad del FDCAN para, a renglón seguido jactarse a pedir soluciones para el empleo; soluciones e ideas para el mismo que no aportan.
De cualquier manera, el que ya sea con cargos a estos Fondos o escudriñando financiación para ellos y que vayan encaminados a restaurar, conservar y fomentar el conocimiento de nuestro legado patrimonial e histórico; siempre nos parecerá una línea de trabajo acertiva lo proponga quien lo proponga y mucho más, quien lo materialice.
Pensamos que el hecho de que San Sebastián vuelva a ver la Nao en su Rada no es más que otro aliciente para poder retornar unos instantes, a la Villa de Colón un lejano 6 de septiembre de 1492.