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viernes, 15 de noviembre de 2024 12:36h.

National Geographic decribe al Garajonay como un tesoro natural

La Gomera alberga este parque nacional formado por una selva ancestral única que se recorre a través de una extensa red de senderos.

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Adentrarse en esta espesura verde, muy verde, con los árboles revestidos de un manto vegetal, es como pasear por un mundo irreal inspirado en el origen de los tiempos. Grandes helechos, hayas, acebiños y numerosas especies arbóreas forman este conjunto que en La Gomera es denominado «monteverde». Ubicado en las cumbres centrales de la isla, el Parque Nacional de Garajonay representa el diez por ciento de su superficie y se considera una auténtica reliquia del pasado porque conserva parte de la flora que hace millones de años poblaba el área mediterránea.

Este bosque, siempre verde, recibe el nombre de laurisilva, que significa selva de laureles, ya que la mayor parte de las especies que la componen presentan hojas similares a las del laurel. Garajonay tiene su máxima altura en el Alto de Garajonay, de 1.487 metros, allí se pueden visitar diversos yacimientos arqueológicos de los antiguos habitantes de la isla. La verdor de esta gran superficie contrasta con la aridez volcánica de la isla y es causada por las neblinas y las lluvias abundantes que consiguen un alto índice de humedad. 

Un bosque de leyenda

El Parque Nacional de Garajonay debe su nombre a la leyenda de los amantes Gara, princesa gomera y Jonay de Tenerife quienes, ante la desaprobación de su amor por sus familias, decidieron clavarse una lanza de madera y tirarse desde el pico más alto de la isla.

Para recorrer Garajonay, considerado también Patrimonio de la Humanidad (1986), lo mejor es ir hasta su Centro de Visitantes «Centro Juego de Bolas» ubicado en el norte del parque. Es un edificio que sigue los cánones de la arquitectura canaria y ofrece salas de exposiciones y proyecciones sobre el Parque Nacional y la isla en general. Allí informan sobre las numerosas rutas y senderos que rodean y atraviesan esta vasta superficie boscosa. También hay diversos miradores y tres zonas recreativas, las de la Ermita de Lourdes, Las Creces y Espina.

 Otro dato a tener en cuenta en la visita a Grajonay es la posiblidad de conocer el Silbo Gomero, el único lenguaje silbado del mundo plenamente desarrollado y practicado por una comunidad numerosa. La Unesco lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2009.