Opinión
La riqueza, para todos
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Aplicando el sentido común todos deberíamos entender que no se le puede pedir a una empresa que por un lado disminuya sus ventas, su facturación y sus beneficios y por el otro le suba el salario a sus trabajadores. Pero la misma fórmula funciona al revés: si aumenta la facturación y aumentan los beneficios no se puede aceptar que no suban los sueldos de los trabajadores.