Fabra se disculpa por escrito: “Cometí un error del que no me siento honrada”
El PP intenta a toda costa frenar la enorme vía de agua abierta por el exabrupto de Andrea Fabra, sin que eso suponga que la diputada pierda el acta. Todo ha quedado en una amonestación y una petición escrita de disculpas por parte de la diputada por Castellón. Y todo ha terminado con las palabras del presidente del Congreso, Jesús Posada, quien ha amonestado al comienzo del pleno de esta tarde, en una intervención no prevista en el orden del día, a la parlamentaria que el miércoles gritó en el hemiciclo "¡que se jodan" mientras Mariano Rajoy anunciaba los nuevos recortes.
"Espero y deseo que hechos como éste, que dañan objetivamente el prestigio de la Cámara, no vuelvan a producirse en el futuro", ha proclamado Posada, que esta mañana ya había apercibido en privado a la parlamentaria popular. Fabra, una de los primeros en llegar al hemiciclo, escuchaba con gesto grave mientras recibía el apoyo de algunos de sus compañeros de bancada.
La diputada ha evitado, en cualquier caso, unas disculpas públicas y ha optado por excusarse a través una carta dirigida al presidente de la Cámara baja. "En calidad de presidente del Congreso le ruego le haga llegar al Grupo Parlamentario Socialista, pero también al resto de los grupos de la Cámara , mi sincera petición de perdón por inapropiada expresión proferida durante el pleno del pasado 11 de julio", arranca la misiva de Fabra.
Y reconoce: “Cometí un error del que no me siento honrada”. Al salir del hemiciclo tan solo ha pronunciado unas palabras. "He pedido disculpas por carta al Grupo Socialista y al resto de la Cámara y no voy a decir nada más", ha dicho. Esta es la única declaración que ha hecho, pasadas las seis y media de la tarde en el pasillo del Congreso. Al salir unos minutos del hemiciclo ha estado acompañada, en un claro gesto de arropamiento, por el diputado por Valencia y vicesecretario del PP Esteban González Pons, y se les ha unido el portavoz parlamentario Alfonso Alonso. Reconvención sí, pero no reprobación y mucho menos apertura de expediente con castigo, como han reclamado sin éxito los grupos de la izquierda.
Esta mañana, el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, ha anunciado que su grupo parlamentario había sancionado con una "amonestación por escrito" a la diputada. Después de casi una semana de defensa cerrada de la diputada por Castellón, hija del expresidente de la Diputación y exbarón provincial del PP, el partido ha optado por censurar ya oficialmente ese comportamiento que ofreció en bandeja un lema a las protestas contra las nuevas medidas del Gobierno.
La carta dirigida a Fabra, firmada por José Antonio Bermúdez de Castro, número dos de los populares en el Congreso, deja claro con un tono firme que este tipo de actitudes perjudican la imagen del grupo parlamentario y que no se tienen que volver a repetir.
Esta amonestación, sin embargo, queda lejos de la apertura de un expediente que reclamaban tanto el PSOE como Izquierda Plural, y tampoco supone una sanción económica, como ocurre cuando los diputados rompen la disciplina de voto. De ninguna manera, además, ni el PP ni la propia Fabra han llegado a plantear una dimisión. En el caso de Juan Morano, el senador por León que votó a favor de las ayudas del carbón, el PP apenas tardó dos semanas en multarle, abrirle expediente y echarle. Y después de que este se diera de baja del partido tras más de 20 años de militancia, la dirección aún le pidió que renunciara a su escaño de parlamentario.
El respaldo oficial a la diputada exhibido la semana pasada ya se había convertido ayer, en la sede nacional del PP, en una regañina pública, aunque suave. La secretaria general de los populares, Dolores de Cospedal, calificó de “censurable” ese comportamiento y aseguró que no era "el mejor ejemplo para la ciudadanía". Esto es, la primera manifestación pública de censura tardó cinco días.
Esta diputada lanzó un exabrupto el pasado miércoles cuando el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunciaba los recortes para los desempleados que reciban el subsidio. “Que se jodan”. Esta es la expresión de esta diputada por Castellón por la que el PSOE e Izquierda Plural piden la entrega de su acta, es decir, que deje de ser diputada. También el Grupo Popular le recrimina esa expresión aunque no considera que deba entregar el acta. Es más, le encuentra el atenuante de que los parlamentarios socialistas estaban armando demasiado ruido e interrumpían al presidente.
Desde el miércoles pasado hasta ahora las versiones se van suavizando a favor de la diputada. Ella misma ha asegurado que esa expresión no iba dirigida a los perceptores del subsidio de desempleo sino a los socialistas. “Yo no escuché nada. Si hubiera oído esa expresión la hubiera obligado de inmediato a que la retirara, pero no he oído nada”, se ha justificado el presidente del Congreso, Jesús Posada.
En cuanto se conocieron los hechos, Twitter se inundó de críticas furibundas a la diputada popular, hasta el punto de que el hashtag #andreafabradimisión se convirtió en trending topic (tema más comentado).
La diputada es la primogénita de los cuatro hijos del dirigente del PP, Carlos Fabra, conocido por su suerte con la lotería y acusado de tráfico de influencias, cohecho y fraude fiscal en una causa judicial en la que se vio involucrada pero en la que no se llegó a imputarla, informa María Fabra. Es la única que se ha dedicado a la política. Pese a que esta es la tercera legislatura que vive desde un escaño, la primera vez, en 2007, no lo hizo tras someterse a un proceso electoral sino que fue designada como senadora territorial a propuesta de su propio partido y tras una votación favorable en las Cortes valencianas, en las que el PP contaba con mayoría absoluta. Hasta entonces había ocupado únicamente una vocalía en el comité ejecutivo provincial que presidía su padre.