De nuevo, la barbarie indiscriminada se cebó en la noche del lunes con inocentes, con jóvenes de la ciudad de Manchester que habían acudido a disfrutar de un concierto de la cantante Ariana Grande, solos o acompañados por sus familias. ¿Cómo puede entenderse o justificarse este acto u otros muchos similares, que por desgracia nos ocupan y entristecen casi todos los días, da igual en qué lugar se produzcan?
 
La sensación que sentimos en la Junta Islámica de España y el Instituto Halal es de rabia, impotencia y perplejidad ante el sinsentido de tanta violencia. No nos cansaremos de repetir hasta la saciedad que esto no responde a ninguna lucha religiosa, sino que estos actos sólo se realizan para quebrar la convivencia, alimentar el miedo, la exclusión y la autoexclusión. Refuerzan el ideario de los que construyen su realidad negando al otro; justifican a aquellos que consideran que las fronteras, los muros, las alambradas… son el mejor remedio para defenderse de un enemigo que, la mayoría de las veces, está entre nosotros.
 
La lucha contra este enemigo tiene que ser de todos y todas los que creemos en la libertad, en la justicia, en los derechos humanos, en el principio de convivencia, en el respeto a la diversidad y al trabajo por la paz. Valores que constituyen la columna vertebral de cualquier sociedad democrática.
 
Nuestras condolencias por el asesinato indiscriminado de estos jóvenes, nuestra solidaridad con el dolor de sus familias, amigos y amigas, con la sociedad británica, con su Gobierno y con todas las personas de bien del planeta. Por desgracia, hoy todos estamos de luto nuevamente.
 
TRABAJAMOS JUNTOS POR LA PAZ, POR LA CONVIVENCIA Y POR LA DEMOCRACIA.