Las tres negaciones de Pedro
Así arranca el sanchismo. Antes de cantar el gallo, Pedro Sánchez ha negado a los militantes que creyeron en él tres de sus principales promesas. Ni primarias en otoño, ni un Gobierno en la sombra con los mejores, ni acabar con la acumulación de cargos.
Pilar Portero y Ana Cañil.-La decepción de quienes confiaron en su discurso comienza a propagarse internamente. Solo el periodo de cortesía y "lo bien que da en las fotos con Rajoy y con el rey", como apunta un veterano estratega, frenan las críticas y la contraofensiva que un sector está comenzando a fraguar en respuesta al asalto de los barones. "Ha sido el primer secretario general elegido por la militancia y eso debería haberlo usado para frenar la entrada de tanto secretario general en la Ejecutiva.
No ha sabido resistir la voracidad de los aparatos y de los barones. A una parte de los 38 miembros que la componen no los conoce más que de haberles saludado, y a algunos ni eso. Se los han impuesto. Me consta que no es la Ejecutiva que tenía en la cabeza", apunta uno de los hombres que le ha asesorado en estos últimos tiempos.
Primarias. "Si fuese más listo habría convocado primarias en agosto, para ganarlas él. Cuanto más dilate la convocatoria, más candidatos surgirán. Ahora todavía no se han visto bien sus carencias", asegura un dirigente histórico que sabe que no hay que dejar escapar la oportunidad.
Sánchez corre el riesgo de pasar a la posteridad como el hombre que posaba demasiado en lugar del dirigente que hizo resucitar a uno de los principales partidos de España. "Retrasar las primarias es abrir la puerta de salida cuando acabas de entrar. Si en las autonómicas y municipales el PSOE no funciona, Pedro se tendrá que ir.
Mantener la incertidumbre le impide consolidarse. No hay que olvidarse de que él era el chico de los recados de Pepe Blanco. Lo que le distingue es que ha sido audaz. Hace solo cinco meses decía que se presentaba porque era la única opción para ser diputado otra legislatura más", dice un compañero de su generación al que ha pedido consejo y papeles en varias ocasiones. Porque si algo no oculta Sánchez es un déficit de ideas y de contenidos. Son numerosos los colegas, expertos en diversas áreas, a los que acude en busca de apoyo para que le hagan papeles en los que sustentar sus intervenciones. "Entre los chaconistas se le ve como el nuevo Suárez al que poder moldear".
Gobierno en la sombra. El núcleo duro formado por cinco o seis reputados perfiles técnicos con que Sánchez pretendía formar un Gobierno en la sombra, tal y como presumió en multitud de ocasiones, ni está ni se le espera. El equipo de los mejores no se ha formado. "Ha intentado reclutar a un grupo de notables con compromiso político, como catedráticos, profesionales de prestigio, algún presidente de empresa, pero le han dado calabazas.
Entrar a formar parte de la Ejecutiva les suponía dedicación exclusiva. Cómo le dices a alguien que ha trabajado duro para llegar a donde está que renuncie a su posición para ganar un sueldo de dos mil y pocos euros porque el partido está en la ruina y que comparta Ejecutiva con cuadros orgánicos de tercera división. Aun cuando a este tipo de gente se le ofrecen puestos en los Gobiernos, lo rechazan", explica un socialista que tiene conocimiento directo de que a algunos exmiembros bien situados de anteriores gobiernos han recibido la oferta pero no se han animado. "Madina contaba con el apoyo de David Vegara o de Bernardino León, que tienen un peso internacional y son solventes, y Sánchez quiso imitarlo pero no lo ha logrado", puntualiza un famoso diputado.
Un hombre, un cargo. "A Pedro se le ha llenado la boca con el titular de un hombre, un cargo. Y también con que solo habrá un sueldo en caso de que se coincidan más de un cargo en la misma persona. Sin embargo, la Ejecutiva que ha confeccionado es todo lo contrario. La concentración de cargos roza la obscenidad. Como ejemplo, pone al frente de la regeneración a Ximo Puig, que concentra los cargos de secretario general de Valencia, diputado en las cortes generales, portavoz de la comisión de Industria y ahora secretario de Regeneración Democrática.
Tiene guasa", dice con desánimo un destacado socialista madrileño que apoyó a Sánchez desde el principio y al que ahora le cuesta entender el Frankenstein en que se ha convertido la Ejecutiva. "Los barones que han entrado, o están de retirada, como Pere Navarro, Roberto Jiménez, Patxi López o Tomás Gómez, o en la cuerda floja, como César Luena en La Rioja o Puig en Valencia.
Del resto de la Ejecutiva, ¿de cuántos puede decir que conoce sus ideas o su rendimiento?" En el grupo socialista en el Congreso de los Diputados, del que se ocupará Antonio Hernando, otros de los chicos de Blanco, corre el rumor de que Sánchez va a cambiar muchas portavocías. "Tanto hablar de integración y ahora va a sustituir a todo el mundo por los suyos, a pesar de que queda solo un año de legislatura y los nuevos portavoces se enterarán de la materia cuando tengan que irse. Suena muy frívolo, la verdad", dice uno de los portavoces que se ve ya fuera.
El barómetro del CIS del mes de octubre es la prueba que esperan en el partido para comprobar si el nuevo secretario general tiene o no tirón. En una legislatura, tanto los apoyos como las deserciones, se producen de peldaño en peldaño. "Si en el CIS no ha recuperado votos para el PSOE, ya no lo va a hacer". Hasta entonces, las bases siguen a la expectativa.