Andan en el PP de Baleares en las fechas previas a su Congreso. Momento en el que las diferentes ‘familias’ del partido se mueven para buscar filiaciones que les den más representatividad y, en consecuencia, mayor fuerza a la hora de repartir cargos. Pero parece que en Ibiza el ‘ardor’ por encontrar nuevos afiliados se ha llevado muy lejos. O muy abajo, según se mire.

Ya hemos contado alguna vez en ELPLURAL.COM los enfrentamientos que vive el PP balear entre sus diferentes familias . Un pulso que, salvando las distancias, un político de las islas comparaba para este periódico con lo el viejo pulso que se vive en el PP gallego entre dos familias, ‘los boinas’ y ‘los birretes’; o si lo prefieren, los más ‘tradicionales’, las familias de siempre, que serían ’los boinas’,  y los ‘modernos’, la gente que quiere darle otro aire al partido, no sólo en comportamientos, sino también en nombres, y que serían ‘los birretes’. Esto sin que ideológicamente haya grandes diferencias entre ellos.

‘Modernos’ y tradicionales’
En el caso de Ibiza, y siempre respetando las distancias, los ‘modernos’ estarían en las agrupaciones de la capital, Ibiza, y de Santa Eulalia, y los encabezarían personajes como Vicent Serra, el presidente del Consell, o Miguel Jerez, presidente del PP de la isla; mientras que los ‘tradicionales’ los representarían otras agrupaciones, en especial la de San Antonio, y que estarían representados por José Sala, rival de Serra para dirigir el Consell, que tuvo que desistir porque se vio envuelto en una investigación, pero que el partido no vio inconveniente en presentar para el Senado.

Este segundo sector, el que nos han definido como ‘tradicional’, para ganar más peso en el partido, realizó las últimas semanas una gran campaña de afiliaciones. De hecho, presentó hace unos días 300 nuevas solicitudes. El otro sector, que dirige en estos momentos el partido, sospechó de tamaña masiva afiliación, y decidió investigar las solicitudes presentadas por sus rivales.

Al menos 14 afiliadas de ‘La Tortuga’
Así descubrieron que el furor por pertenecer al PP había prendido especialmente fuerte en una dirección concreta, que al mirar con más detalle resultó ser un conocido prostíbulo, ‘La tortuga’, del ibicenco pueblo de Talamanca. Según el Diario de Mallorca, al menos 14 prostitutas figuraban entre las nuevas ‘solicitantes’.

A partir de conocerse la situación, el PP ibicenco ha entrado en una guerra entre sus dos familias. Los ‘modernos’ que controlan el partido quieren paralizar esas afiliaciones y han organizado una investigación interna; los que piensan aprovecharse del ‘impulso’, los tradicionales, se niegan y amenazan con montar lío si no aceptan a los nuevos afiliados que traen. El tema lejos de estar resuelto, amenaza con calentarse.