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lunes, 16 de diciembre de 2024 09:30h.
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Opinión
Casimiro Curbelo presidente del Cabildo de La Gomera

Tengo un sueño

Hay sueños enormes como montañas y sueños más pequeños y modestos. Hay personas que sueñan  con cambiar el mundo —“he tenido un sueño” dijo Luther King— y otras que sueñan solamente con cambiar su mundo. Pero todos los sueños, grandes o pequeños, están conformados con un mismo material, hecho de ilusiones y esperanzas de algo mejor.
Opinión
031221 Casimiro Curbelo, presidente del Cabildo de La Gomera

Un verano feliz

Mirando las cifras de ocupación hotelera de este verano, el aspecto de los aeropuertos o las carreteras, nadie diría que existe una guerra que afecta a Europa, que se prevé una crisis energética en otoño, y que padecemos una enorme inflación en todas las economías de la zona euro.
Opinión
121218 Casimiro Curbelo

Un mundo viejo, un mundo nuevo

Pocas cosas nacen sin dolor y ninguna gran transformación ocurre sin tensiones. Estamos viviendo el ocaso de un modelo de sociedad que puede y debe ser sustituida por otra. Hablo del colapso de una economía basada en explotar hasta el agotamiento los recursos naturales, que será reemplazada por una nueva manera de hacer y entender el mundo en el que vivimos, basada en el respeto al medio natural. 
Opinión
OSCAR MENDOZA OPINIÓN

Un paseo por Guamasa

“Y mi preocupación crece, deseando rezar, si yo fuera creyente, para que no le pase nada a nadie, que el virus pase de largo ante gente que es buena o que nunca le ha hecho daño a nadie, ante gente que no lo merece. Pero ya se sabe que las cosas no funcionan así y no hay peor tirano que la vida misma.”
Opinión

Un bisturí para abrir el pasado

“Empiezo a leer con la imagen de Leoncito en mi cabeza, esa persona con talento y con talante, ejemplo vivo de la bondad, agulense de pro del que nos aprovechábamos para un diagnóstico certero, gomero universal por la gracia no de Dios sino de la justicia. Él, hace mucho, vino a verme cuando yo era un niño, tranquilizando a mi madre respecto de una operación. Esa sonrisa amplia y esa destreza con las manos eran el bálsamo para los que, neófitos en la medicina, necesitábamos de su magisterio como galeno. Hablaba como manejaba el bisturí, con precisión y generosidad.”