Otra vez Javier Trujillo
Fue uña y carne con Casimiro Curbelo. Pero ya se sabe que isla pequeña, infierno grande. Y se enfadaron. Como pasaba por allí poco después un tal Soria, debió convencerlo para que ingresara en las filas del PP. Y un socialista hasta la médula, de la noche a la mañana se escoró a la derecha y atracó por Chinguarime convertido nada menos que en presidente insular con mando en plaza (de Las Américas).