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viernes, 22 de noviembre de 2024 10:52h.
Opinión

NO SOBRAN LAS PALABRAS.-Óscar Mendoza

Dulcemente, Agulo

OSCAR MENDOZA OPINIÓN
“Un horno, calentado por tártagos antes de dar paso a la leña, subiendo los grados centígrados al mismo tiempo que se compartía café y, quizás, una jícara de anís, compitiendo de forma sana por sacar los mejores productos entre risas, sabiendo que, en el fondo, el postre era una simple excusa para conversar durante horas y no sentirse solas. Y, además, siempre se podía encender la radio y poner una novela, Lucecita, por ejemplo, cuyas tristezas apenaban a esas madres ejemplares, a esas diosas de nuestro pasado.”

NO SOBRAN LAS PALABRAS.-Óscar Mendoza

Agulo, capital Las Mercedes

OSCAR MENDOZA OPINIÓN
“La fe hacia nuestra virgen se acentuaba en esos días y todo parecía más religioso, más apaciguado, más hacia el interior. Yo, primero creyente por obligación y después agnóstico por convicción, todavía recuerdo el incienso de la iglesia, los cantos de las bellas voces de nuestras princesas, Sofía Morales, por ejemplo, el recogimiento previo a la verbena, empezar a darse la paz en el templo sagrado y acabar abrazados ante unas copas de vino en cualquier ventorrillo presidido por el olor a carne de cochino y decorado con pencas”

NO SOBRAN LAS PALABRAS.-Óscar Mendoza

La Gomera que no me gusta

“Hablo con mi querido Juanito Lilia y me explica todo ello con un pensamiento demoledor, revelador, nítido: mientras que la mayoría de los gomeros no tengan un medio de vida que sea independiente de la política no habrá libertad absoluta en la isla. Lo medito ahora, mientras lo escribo, y estoy seguro de que la mayoría de los que leerán esto estarán de acuerdo.”

CASIMIRO CURBELO

Sobre el cuidado de los mayores

Ha surgido un debate sobre un informe del Diputado del Común en el que se denuncia la existencia de graves deficiencias en algunas residencias de mayores en Canarias. Y se han lanzado duras críticas hacia el propio Parlamento por no haber “hecho nada” con esa denuncia.

NO SOBRAN LAS PALABRAS.-Óscar Mendoza

Subir Los Pasos, bajar El Roquillo, bañarse en El Pescante.

“Empiezo a subir Los Pasos, paso a paso, disfrutando de cada apoyo y de cada vistazo hacia adelante aunque el corazón, cosas de la subida, se acelera como cuando eras joven y bailabas con esa chica guapa mientras todo se apagaba alrededor. El sol golpea mi espalda y mi cuello, me hace ver que estamos en verano y que sí, que hace calor, pero también hay más luz para apreciar cada línea de mi pueblo, cada roca pisada y pisada por miles de personas, cada hierba nacida en el terruño, en Agulo, en el rinconcito de jardín tropical, que diría el gran Miguelito.”

NO SOBRAN LAS PALABRAS.-Óscar Mendoza

Faltan las palabras

“Estoy seguro que le ha pasado a mucha gente. O no. Si no es así, esa gente que dio y no guardó nada constituye un ejemplo a seguir por éste que teclea y que se guardó palabras que no debió guardarse. Si leen esto y son jóvenes, tal vez saquen una lección para la vida. Si no son tan jóvenes, seguro que han actuado mejor que yo.”

NO SOBRAN LAS PALABRAS.-Óscar Mendoza

La Laguna Grande

“Hay un lugar en el centro de nuestra isla, en el centro de nuestro parque, en un lugar sin árboles pero rodeado de ellos, en un sitio donde los recuerdos tienen olor a carne de cochino y risas en familia. La Laguna Grande, grande no por ser laguna sino por ser ese espacio donde, siempre, fuimos felices con la energía de no saber que lo éramos.”

NO SOBRAN LAS PALABRAS.-Óscar Mendoza

Un bisturí para abrir el pasado

“Empiezo a leer con la imagen de Leoncito en mi cabeza, esa persona con talento y con talante, ejemplo vivo de la bondad, agulense de pro del que nos aprovechábamos para un diagnóstico certero, gomero universal por la gracia no de Dios sino de la justicia. Él, hace mucho, vino a verme cuando yo era un niño, tranquilizando a mi madre respecto de una operación. Esa sonrisa amplia y esa destreza con las manos eran el bálsamo para los que, neófitos en la medicina, necesitábamos de su magisterio como galeno. Hablaba como manejaba el bisturí, con precisión y generosidad.”

NO SOBRAN LAS PALABRAS.-Óscar Mendoza

Mesa para cinco en Agulo.

“Rafael, Fran y yo hablamos poco y preferimos escuchar. Historias de familia que nunca debieron suceder, anécdotas de obras de teatro en la iglesia y de travesuras que iban un poco más allá, observadas ahora como algo banal y lejano. Personajes de Agulo con sus más y sus menos, fechorías varias que carecen de importancia porque hace mucho que sucedieron, guiños a un pasado remoto pero rico. Había más gente y, por ende, pasaban  más cosas.”